jueves, 27 de junio de 2013

¿Entonces qué?


Ilusiones que no solo no se pierden, si no que se refuerzan al paso de los años. Momentos que te hacen sonreír, disfrutar, desconectar... Hoy vuelvo a ti, a deleitarme una vez más con la banda sonora de mi vida, a emocionarme con aquella canción tan tuya, tan mía, tan nuestra. Hoy volveré a ver esa sonrisa que tanto me gusta, a escuchar esa voz que me hace transportarme al mundo de los sueños, que hace que SIENTA. 

Madrid...Voy pa ti. Ponte guapa, que nos espera una gran noche.


domingo, 23 de junio de 2013

El reflejo dónde me quiero mirar


Siempre decimos que hay cosas que deben quedar entre dos personas, y que ciertos sentimientos no tienen por qué manifestarse públicamente. Y no solemos hacerlo, pero a veces, es necesario.

Por compartir conmigo tantos años de buenos momentos, de risas, de noches de cajón flamenco y rumbas. De sorpresas, de viajes, de fiestas, de playa y de campo. De palios marchándose por callejas a los sones de Amarguras. De películas en el calor de una manta o de noches de verano bajo un manto de estrellas. Porque te gusta verme sonreír con el malote de la serie. Por aquel arco tan especial. Por las noches de belenismo. Por tu entusiasmo agotador. Por poner siempre a disposición de todos, todo lo que tienes. Por no dejar de soñar.

Pero sobretodo...

Por estar a mi lado en los momentos más difíciles. Por abrazarme en los días más duros. Por aguantar mi mal humor cuando todo está gris oscuro. Por tu paciencia. Por secarme tantas lágrimas, especialmente en este maldito año. Por apoyarme en cada paso y ser la cuerda que tira de mi para subir a la superficie cuando estoy en el fondo. Por entender que mi fe esté ausente. Por ser quien intenta despertar mis sueños.  

Por tantas cosas, pero sobretodo por ser tan BUENA PERSONA, que es lo mejor que se puede decir de alguien...


domingo, 16 de junio de 2013

Recuerdos, momentos, luces, sombras

Los recuerdos son esos retazos de memoria que cuando se hacen presentes pueden provocarte la más dulce de las sonrisas o la más amarga de las lágrimas. Son necesarios, pues son parte de nuestra vida, y sin ellos a veces no aprenderíamos lecciones de la misma. El problema está cuando esos recuerdos se marchan, cuando otra persona no recuerda con la misma intensidad que nosotros esos momentos, cuando es imposible recordar, cuando además es imposible forjar nuevos recuerdos...

Creo que nunca había estado tanto tiempo sin escribir en mis Paraísos, tal vez porque la luz hace tiempo que se hizo sombra en mi vida, tal vez por la desgana o la desilusión, o tal vez, por no encontrar las palabras adecuadas. Lo cierto es que, transcurrido ya la primera mitad de año, puedo asegurar que ha sido el peor de mi vida, así que ojalá esta segunda parte sea mejor. 

Cuando se toca fondo, cuando caes al más profundo de los abismos, sólo caben dos cosas: quedarte allí o luchar por escalar y subir, aunque te llenes de heridas en la subida, aunque a veces quieras quedarte en ese punto intermedio dónde no puedas subir, pero tampoco volver a caer...

Es entonces cuando tienes que aferrarte con todas tus fuerzas a esa cuerda irrompible que son los amigos, la familia. A aquellos que SIEMPRE están a tu lado, recargándote las pilas, tirando de ti cuando tus fuerzas están completamente agotadas.

La verdad es que no se que habría sido de mi, si no tuviera esa cuerda de la que os hablo en mi vida, tan resistente y tan fuerte. Puedo decir con orgullo, que tengo el mejor de los tesoros que se pueden soñar, que en los momentos más duros es cuando te das cuenta verdaderamente de los que están a tu lado y los que estaban sólo de paso, y creerme que si no fuera por ellos, hace tiempo que no se cómo habría acabado. 

Los amigos son esa segunda familia, aquella que tú eliges, y cuando la de sangre está tocada por algún motivo, te puedes aferrar fuertemente a ellos, porque serán los que te ayuden sin importarles el tiempo que tarden en levantarte. 

Es duro ver cómo los pilares clave de tu vida se desmoronan, es muy difícil asumir ciertas situaciones, de hecho, creo que personalmente, nunca las asumiré ni las veré normales, porque siempre echaré de menos demasiado, porque siempre me faltará algo. Pero es momento de construir nuevos pilares, o de reforzar aquellos que ya estaban. 

Quiero dar las gracias a todos y cada uno de aquellos que estáis a mi lado cada día. Perdonarme que no de nombres, no me quiero dejar a nadie, pero vosotros sabéis bien quienes sois. Gracias se queda demasiado pequeña, así que sólo puedo decir, que siempre tengáis en vuestra vida la Luz que os merecéis, aquella con la que me estáis iluminando en mi oscuridad, aquella que desprendéis.

Que vuestra vida sea siempre la calle del...