viernes, 25 de abril de 2014

Mi Domingo de Ramos


Despertar en Sevilla un Domingo de Ramos, es, sin duda, una de las cosas más bonitas del mundo. Cómo el niño que estrena zapatos nuevos, la ilusión por ver al primer nazareno por las calles, camino al templo, es radiante. Y cómo ese primer nazareno, y tras tres años, volví a dirigir mis pasos al barrio del Arenal, ese al que tanto cariño guardo, y que él guarda un trocito de mi corazón.

Mi domingo de ramos, sabe a Molviedro. Sabe a sones de tricornios llegando a esa placita que desafía a multitudes. Sabe a esperas al sol y a aplauso al abrirse la puerta de una humilde capilla. Sabe, este año, a túnica morada y una mirada al cielo que pide Misericordia. Sabe a compás y a laguna. Sabe a la misma Gloria...

Y tras Él, una Paz radiante, fruto de la Victoria más bella. Y una borriquita que se abre paso entre la juventud. Una Cena que será la última, una Buena Muerte, que suena a clásico, a Madre y Maestra, seguida de una Hiniesta radiante. Unas Penas que nos hacen soñar con una próxima Madrugá entre la Gracia y Esperanza de una Madre. Y al llegar la noche, se torna de Amargura despreciada por Herodes, para dar fruto a un Amor infinito que irradia de la más radiante Estrella.


Mi Domingo de Ramos es así, siempre igual, siempre distinto. Un día en el que la ilusión es la cofradía más completa. Y aunque se echen de menos cosas, aunque no tengamos al lado a todos los que quisiéramos, la magia de la ciudad de los sueños es tan grande, que las Penas mueren en Triana, entre la Esperanza de un barrio que siente de una manera especial.


Mi Domingo de Ramos es, entre los míos, es el día del primer nazareno, y de las primeras estampitas. Es el día de abrirse paso entre las bullas. Y también es el día de acordarse de un Cautivo que pasea de túnica blanca entre los mismos ángeles, esperando la tan ansiada Salud.

Mi Domingo de Ramos es...uno de los días más bonitos y especiales del año. Sin duda.


martes, 22 de abril de 2014

Mi Sábado de Pasión

  (Foto de mi amigo Lalo)

Comenzaré diciendo que como todo lo escrito en este, mi blog, estas serán unas narraciones muy íntimas y personales de lo que yo he vivido estos pasados días. No esperéis que hable de cada cofradía o que comente cada detalle. Sólo contaré lo que yo he vivido y sentido.

La llegada a la ciudad mágica, fue, cómo siempre, con esa ilusión de comenzar unos días plenos, esperados durante mucho tiempo. La ilusión de compartirlos con los amigos. Y así fue. 

Cómo estaba previsto, tras el viaje en el "LaloMóvil" dejamos las maletas en el aparta-hotel y bajamos a comprar algunas cosillas para desayunar y demás. Después, yo emprendía rumbo a la Plaza del Salvador, dónde me esperaban dos guapos mineros para tomarnos algo y emprender la tarde cofrade.

Con un sol de justicia llegábamos a Parque Alcosa, y entre reencuentros y sonrisas con viejos amigos, veíamos pasar a la hermandad del barrio. Allí nos quedamos un par de horas, mi querido Esteban y yo, disfrutando de los sones de una de las mejores agrupaciones musicales, la Estrella de Dos Hermanas.¡Qué bien suena lo clásico! Y si es con el mimo que ellos tratan a las composiciones, no os quiero contar. La verdad es que disfrutamos mucho. 

De allí nos fuimos a San José Obrero, dónde vimos otro ratito de cofradía, aunque tardamos más en ir y volver que en verla. Y por último, rematamos la jornada en Nervión, para ver a la hermandad de Puente Cedrón, con un Cristo que inspira una profunda devoción al mirarlo y que va acompañado de una de las agrupaciones que más me han gustado siempre: Redención. 


Con el cupo de cofradías cubierto, nos metimos en un bar de Nervión, y allí pasamos un buen rato, ya todos juntos. Y es que las cosas se saborean mejor con un buen tinto de verano en las manos, sobretodo, contando con los 30 grados de justicia que había. Una vez repusimos fuerzas, fuimos a recoger los respectivos coches (nosotros tuvimos que aparcarlo en el Cerro, tras una hora dando vueltas por Nervión...) y a dejarlos por la zona del hotel para bajar a cenar algo al centro. 

El Arenal fue la zona elegida para acabar nuestro intenso día. Allí cenamos para después elegir un buen pub y tomarnos alguna copa, cómo estaba previsto. Por cierto, he de decir, que me gustó mucho la música y el ambiente de este pub. Buena elección.

Fue un día lleno de alegría, en el que lo mejor, fueron los amigos, las risas con ellos y los momentos vividos. Con la ilusión de poder compartirlo con alguien con quien no tengo la suerte de poder ver a diario, pasear por ese barrio que me llena el alma y disfrutar de buenas conversaciones y compañías con los míos.


lunes, 21 de abril de 2014

Me dueles...

Hace mucho, quizás demasiado tiempo que no hablamos. O mejor dicho, que no hablamos cómo antes. Por eso, aunque tengo bastante que contar, quiero empezar por Ti. 

Hay distancias mucho más duras que las físicas. Distancias impuestas por la hipocresía de aquellos que estando cerca tuya, son los que más lejos están. Lo nuestro siempre ha sido una historia de sueños, tan efímeros a veces, que no nos daba tiempo a paladear. Sueños que nunca se cumplieron, porque no nos dejaron hacerlos realidad. Y mira que tanto Tú cómo yo, le pusimos empeño.

Nos prohibieron querernos. Casi se molestan si nos ven mirándonos. Han preferido aislarte de todo, de todos. De los que tanto entregamos por Ti. De familias enteras. De los que nos dejamos la piel, el alma, el tiempo robado a los nuestros, incluso a veces, el tiempo de los nuestros...

Y escuchamos salir de sus labios palabras vacías, carentes de su significado. ¿Acaso saben tu nombre? ¿Acaso un grito puede más que el silencio? ¿Acaso el que hace más ruido es el mejor? Pero he ahí el problema. Ellos, tratando de ser los mejores, nosotros, simplemente, tratando de ser...De estar. De saber. De respetar. 

Nunca fue más triste el día grande. Te miraba a la cara continuamente, sin querer desviar la vista a lo que te rodeaba para que el alma no se me siguiera partiendo en mil pedazos. Porque aún si pasaran mil años, mil años me dolerías.

Y me duelen los desplantes, los desprecios. Me duele la falta de decoro o de dignidad. Me duele ver el trabajo tirado por la borda. Me duele verte en un jardín botánico. Me duelen las arrugas de tu manto o la falta de simetría de tu rostrillo. Me duele verte a un paso más propio de militares que de Madres. Me duelen los sueños que quedaron sólo en eso...

Me duele la prepotencia con la que te arropan. Me duele que no sean capaces de darse cuenta del daño que te hacen. Me duele que prefieran borrar nombres de un listado a reconocer sus errores. Me duele que te tengan cuál propiedad privada. Me duele que ni hagan, ni dejen. Me duele que todo el que intenta engrandecerte, tenga que huir escaldado. Me duele que no sepan ver que todo pasa, y que su momento terminó hace mucho (si es que alguna vez lo hubo) 

Pero sobretodo, me duele verte así...Tan abandonada en esa capilla de la que les preocupa más un nombre a que se pudran a tus pies las flores secas...O que no tengas ni flores a veces. Y me duele ver fuera a tanta y tanta gente que te quiso, te quiere y te querrá. Me duele que te aparten de tanto...Y que sean capaces de decir que somos los demás los que nos apartamos. Me duele la altivez. ME DUELES TÚ.

He callado durante mucho tiempo. He procurado mantenerme al margen, guardar las distancias impuestas. Pero ya no he podido más. Tenía que empezar por Ti y por mi. Porque te quiero, y por eso me dueles. Esté cerca o lejos. Porque creo que mi única culpa ha sido esa, quererte. 

Y ya que no nos dejan querernos como nos gustaría...Sólo me queda llorarte.


viernes, 11 de abril de 2014

Parece que es la hora...


Cuando la cera comienza a fundirse, cuando los rayos de sol ya se cuelan entre malla de bambalinas, cuando las cruces de guía abren las puertas entre expectación y nervios, cuando la túnica está ya preparada y la plata brilla más que nunca...Ahora es cuando comenzamos a vivir lo soñado. Por delante, unos cuantos días por los que nos desvivimos todo el año, con la ilusión del niño que estrena zapatos. Atrás quedan los desvelos, los sinsabores...Es momento de disfrutar.

A todos mis amigos nazarenos, costaleros, músicos, acólitos, aguaores, penitentes...Que tengáis una gran semana santa, y vuestras estaciones de penitencia sean protagonizadas, además por los titulares, por un sol radiante.

Que los sueños comiencen a hacerse realidad...


viernes, 4 de abril de 2014

Lo Humano y lo Divino


Tenía que ser y fue. Precisamente en el primero de sus días grandes. Precisamente, tan sólo unos minutos antes de que todo comenzase. Tenía que ser, y fue, precisamente cuando allí me encontraba...Algo me avisó que volviera mi mirada hacia aquella Torre... Y allí estabas.

Tenía que ser San Pedro...Pocas veces estoy tan segura de algo, pero cómo escribía el día antes, sabía que estarías, como en cada uno de mis momentos más especiales. Y ya no es sólo cosa mía, ni tuya...Cuando es el cielo quien habla, mi boca es la que calla. No he visto dibujarse en ningún rostro sonrisa más bonita que la que tu pintas para mi, para todos. No he visto alegría semejante.

Tenía que ser, en aquel preciso instante en el que la ilusión se torna de morado. Justo cuando comenzamos a vivir lo soñado. 


Ayer bajaste del cielo
En coloridas pinceladas
Y la Torre de San Pedro
Ya se veía morada

Un ángel guió tu camino
Para pintarnos la estampa
De lo humano y lo divino
Uniéndose en añoranzas.

Y así, con las manos atadas
Y flanqueado por faroles
Cien hermanos te rezaban
Entre ofrendas y oraciones.

Aquel ángel que bajó
A tu vera se ha quedado
Estos días de esplendor
De sabor a beso morado.

Y ese domingo primero
Cerca de Ti estará
Desde las Puertas del Cielo
Para volverte a soñar.


miércoles, 2 de abril de 2014

Cuando el Sueño Despierta


Por alguna extraña razón, algo me ha seguido manteniendo Cerca de Ti todo este tiempo. Por algún motivo, cuánto más me alejaba, más dentro de mi alma te sentía. Alma que se antoja eterna, dónde dicen que nada de lo que a ella llega muere. Tantas veces te pregunté, tantos gritos en silencio, tantas lágrimas que sólo Tú conocías. Y hoy vuelvo, si es que alguna vez me fui. 

Cuando el sueño comienza a despertar de nuevo, cuando el cielo tinta de morado, cuando los atardeceres no quieren dejar paso a los anocheceres, vuelvo a sentirte cerca. Cuando el pregón de los pregones comienza a llenar plazas y templos, cuando la Misericordia…ayyy la Misericordia…

De pronto, me vuelven a sorprender los versos en el relente de la noche. De nuevo, un sueño que vive despierto. Y vuelve el paso firme de la primavera que se abre en cada flor, en cada aroma, tras un invierno que, aunque lluvioso, ha sido el más seco de cuantos viví. 

Y vuelve el rocío a la rosa y el aroma a clavel y a beso santo. Aún me siento lejos, pero te empeñas en mantenerte al lado. Sólo Tú. Lo único que en este tiempo de sombras, no se ha apagado.

Y vuelve, aquel recuerdo gastado, aquella magia vivida, aquel momento en el que cielo y tierra se unieron en aquel balcón, junto a mi amigo del alma…Porque aquella noche, soñamos juntos. Y no había más lágrimas que las de la emoción de compartir aquello que amas.

Amigo, vengo a contarte
Que mi tiempo se paró
Aquella noche de arte
Soñando desde el balcón.

De morado terciopelo
El cielo se revistió
Tú, soñando de nuevo
Yo, escuchando tu voz.

Te gustó tanto aquel sueño...
¡No quisiste despertar!
Y así, subiste al cielo
Sin dejarle de soñar.

Mirando al balcón me encuentro
Más no encuentro tu mirar
Será que cerca te tengo
A mi lado vuelves a estar.

Será que bajas del cielo
Para poder contemplar
Las ofrendas, los mil besos
Que en sus plantas dejarán

Amigo, ¡contéstame ya!
Que dura ha sido la espera
Sin poderte ni escuchar,
Pero de nuevo es primavera
Para poder volver a soñar,
Para tenerte a mi vera
Buscando una luz morá
El encuadre, la quimera
Un enfoque, ¿qué más da?
Si desde el balcón del cielo
Hoy has querido bajar
Para ver al Nazareno,
Al Señor de la Ciudad.