domingo, 28 de febrero de 2016

Sueños, sombras, y suertes

Luchar por los sueños no siempre es tarea fácil. Hay días en los que desfalleces en el camino. En los que te encuentras piedras que crees que no vas a poder saltar. Nadie dijo que fuera fácil, ni que nuestra vida fuera tan bonita como la pintamos a veces en instagram.

Y te pierdes, te desorientas, y no sabes cómo seguir, si serás capaz, si es mejor dejarlo y a otra cosa mariposa... Será que algunas situaciones se nos hacen insostenibles algunas veces, o que no queremos darnos de bruces con un muro.

Han pasado ya tres años de que un montón de sueños quedaron dormidos. Y no nos hemos olvidado ni un instante. En cierto modo, hemos tratado de hacer realidad algunos de ellos. Hay cosas que nunca mueren, aunque no voy a mentir, son muy duras.

Mis sueños de luz a veces se tiñen de sombras. Y es complicado apartarlas. Por suerte, un día encontré a alguien que es capaz, no solo de compartirlos conmigo, si no de luchar por ellos con tanto o más afán que yo misma. La suerte de mi vida...

Tú dices que no eres de pregones (yo digo que sí) y a mi también me cuesta expresar ciertas cosas. Pero hoy, siento la necesidad de gritarle al mundo que te quiero. Que estoy muy orgullosa de ti, y que si tengo algo de Luz, es por ti. Por estar a mi lado siempre, compartiendo tan buenos momentos, tantas sonrisas, tantos viajes, tantas noches de manta y peli, tantas primaveras... Y también tantas lágrimas.

Se pueden decir muchas cosas de alguien, pero lo mejor que se puede decir, es que sea BUENA PERSONA. Independientemente de ideas o de creencias. Y creo firmemente tener a la mejor del mundo a mi lado. Cambiando egoísmos y envidias por nobleza y corazón.

Gracias por elegirme... Te quiero.


lunes, 8 de febrero de 2016

Aprendiendo

Pasa más tiempo del que me gustaría entre entrada y entrada. Esta vez, incluso hemos cambiado de año y ni si quiera hice balance del anterior ni os conté los nuevos sueños.

La verdad es que 2015 ha sido un buen año, especialmente, a nivel profesional, dónde he crecido mucho, y aún así me sigo considerando una humilde aprendiz, intentando cada día tomar apuntes de los mejores maestros en este arte de pintar la luz.

A lo largo de la vida, vamos tomando nuestros referentes en muchos campos, nuestros gustos cambian, y con ellos, nuestra forma de ver las cosas. De mirar. De observar. Lo que antes nos parecía maravilloso, ahora ya no tanto, y en muchas ocasiones, al contrario. Ves la belleza en lugares en los que nunca antes te habían llamado la atención. La mente se abre, y aprendes, sobretodo, aprendes.

En lo personal, también cambiaron cosas. Y aún no creo que se fuera para siempre aquel que formó parte tan importante en mi infancia, alguien que a pesar de lo mal que le estaba tratando la vida, siempre tenía una sonrisa. Y así es como lo recuerdo. No quiero hablar mucho del tema, porque jamás pensé que esa maldita historia se volviera a repetir cerca mía. Y ahora, que ha llegado un nuevo febrero, se que en algún lugar tengo dibujadas un par de sonrisas que me llenan de Paz.

Se abrió el nuevo año, y con él, nuevas ilusiones, proyectos, metas, sueños. La verdad es que no pudo comenzar mejor, con una de esas historias de amor que piensas que sólo ocurren en las películas, y nosotros tuvimos la suerte de formar parte de ella, capturando toda la Luz que desprenden las personas cuando se quieren. Cuando con una mirada se dicen tantas cosas sin hablar. Cuando las sonrisas son cómplices.

Y aquí estoy, embarcada de nuevo en un puñado de proyectos, dando las gracias a la vida, que aunque a veces es muy perra, otras nos llena el alma. Gracias a todos los que confiáis en mi Luz para escribir vuestras bellas historias. Y a los que me hacéis crecer cada día.