Lo cierto es que tenía un borrador a medio escribir sobre el transcurso del recién pasado verano. Sobre los calurosos días de sol que supieron mejor aderezados con un poco de piscina y una pizca de playa. Sobre las noches de lágrimas de San Lorenzo y de luna llena. O de media luna. Y sobre las veladas entre risas y amigos.
Nada fuera de lo común. Pero finalmente hoy, os hablaré de otros asuntos.
En este mundo de nuevas tecnologías, en el que nos creemos muy modernos, a veces parecemos retroceder en el tiempo. Tal vez el mal uso de muchos de las redes sociales, han hecho que lo que debería aprovecharse como herramienta de promoción y trabajo, consiga crear en algunos un miedo irrazonable. Y es que este mundillo, como muchos otros, hay que saber hacer buen uso de él, y sacarle partido. Aprovechar que es el mejor escaparate para mostrar un trabajo, o para aprender del de otros. Al menos es mi punto de vista.
Aunque reconozco que soy la primera, en que a veces siente ese miedo al ver el uso que algunos le dan a sus redes. ¿De verdad hay necesidad de subir tanto selfie, a cualquier precio? Me refiero, instantáneas recién levantados, o a punto de irse a dormir, con unas ojeras de caballo (aunque no se si los caballos tienen ojeras, todo sea dicho) o en su defecto, de jirafa.
En cambio, una de las redes sociales más adictiva (si no la que más) y de la que todos somos víctimas (o casi) es el famoso whatssap. Parece que con él hacemos una excepción, y no nos importa pasar una foto nuestra en un grupo en el que hay X personas que a su vez se la pueden enviar a otras tantas. Tal vez no nos concienciamos de esos "efectos colaterales" que pueda provocar una conversación, de no saber el tono con el que otra persona dice algo, de no poder mirarla a la cara mientras se habla. Y ojo, creo que nos facilita mucho la vida y nos hace que personas a las que tenemos lejos por motivos de la vida, podamos estar más cerca o comunicarnos con ellas más a menudo. Lo que no entiendo, es cuando se reúne un grupo de amigos y están todos los móviles, en vez de hablando entre ellos. Y es que a veces, las redes sociales, nos hacen los más insociables.
Pero os quiero hablar de otro tema que me afecta directamente. Precisamente, se trata de la mala costumbre, a veces, obsesión, de querer compartir fotos por whatssap. Pero no os hablo de fotos tomadas de cualquier manera con el móvil. Me explico:
Tu llegas al evento X, vas cargando con tu cámara réflex al cuello, tu mochilla con otros objetivos, flash, etc, a las espaldas, y en alguna ocasión, incluso un trípode. Pones los parámetros a la cámara. Calculas iso, velocidad de obturación, diafragma, haces el balance de blancos... Y allí estás, buscando ese encuadre diferente, o ese gesto natural de aquella persona. Acaba el evento, y guardas la cámara en la mochila. Y de repente, te llega alguien que te dice: "luego me las mandas por whatssap, ¿no?"
No hay manera de que entiendan, que las fotos de una cámara de estas características, pesan varias veces más que las de un móvil, por muy iphone que sea. Que tienen mil veces más calidad, y que el envíarselas por whatsapp, te supone una pérdida de tiempo considerable en:
a) Pasar la foto de la tarjeta de memoria de la cámara al ordenador
b) Pasar la foto del ordenador al móvil
c) Comprimirla con un programa para enviársela por whatssap
d) Enviársela
Eso contando con que sea una sóla foto. Imaginar, cuando te piden que les envíes un reportaje de 100-200 fotos. A veces creo que no me se explicar, y otras que no me hago entender. El caso es que pasa el tiempo y la gente no deja de pedirme estas cosas. Hay quien no quiere que se las subas a una red social, porque no les gusta o porque no son usuarios, pero no son conscientes del trabajo que puede suponerte compartir con X personas cierto reportaje ¡por whatssap!
De verdad, creo que este mundo cada vez es más de locos. La gente se viene arriba con súper móviles que les falta hacerte la comida, y tienen toda su vida en ese aparatito de unas cuantas pulgadas, en el que hacen que gire todo. Cuando les intentas explicar que el mundo de la fotografía es algo diferente, te miran como si les hablaras en marciano (que se lo digan a mi padre) Estoy harta de decírselo a los míos "cuando un móvil haga buenas fotos de verdad, con una cámara de fotos quizás se pueda hablar por teléfono". Mientras tanto, nos enteraremos de las cosas porque "nos lo ha dicho un pajarito"
Y es que en esas pantallitas LCD de 5- 6 pulgadas, se ve la vida tan bonita... Pero claro, prueba a pasar esas fotografías que has hecho al ordenador. O a sacarlas impresas. Igual te llevas una pequeña decepción. Aunque también puede ser que seas incapaz de ver los píxeles del tamaño de tus uñas y seas feliz con esos recuerdos plasmados que se acabarán perdiendo dentro de la memoria de ese aparatejo y que nunca verán la luz física.
¿Seguiremos avanzando mientras retrocedemos? Quién sabe...