sábado, 28 de agosto de 2010

50 años de BONDAD




Y es que 50 años, son muchos años, pero en una persona tan buena, noble y leal cómo D. Antonio Lizcano, son apenas un suspiro. Hoy celebraba con sus fieles sus bodas de oro, en la Catedral, esa Catedral que es su casa, esa Catedral que cuesta mucho trabajo imaginársela sin el... Y es que si hay algo representativo en nuestra Catedral, en nuestra diócesis, en nuestra Iglesia, ése es D. Antonio. Tan representativo casi cómo la mismísima Virgen del Prado. Sin perder jamás su sonrisa, con su infinita paciencia y sus chascarrillos. Cuantas confesiones habrán escuchado sus oídos, allí, en la sombra de esa capilla llena de Piedad. Con las puñetas de ese peculiar roquete asomando por el confesionario, o con su traje negro delante del camarín, rezando... Es otra imagen de el que tengo grabada en mi retina.
Al igual que hace apenas un año, durante el Encuentro Nacional de Cofradías, cuando esperaba la llegada de los cuatro pasos a la Catedral, cuando el mismo los incenso, y salió a recibirlos con sus mejores galas...Cuando la Esperanza tardaba en llegar, y el, pacientemente y en un segundo o tercer plano, esperaba en el altar mayor, sentado en su silla del coro, simplemente, observando todo lo que pasaba a su alrededor. Y recuerdo cómo salió a despedir a cada uno de los cuatro pasos, hasta la misma puerta, con esa amabilidad que le caracteriza...
Otro recuerdo que nunca borraré de mi mente, es la llegada del Señor a la Catedral, por las obras de restauración de su capilla. También lo incensó el mismo, y se deshacía en palabras de agradecimiento y elogio a mi hermandad. Nunca el Nazareno tuvo mejor anfitrión.
Hoy, besábamos sus manos, llenas de bondad, de sacrificio, de humildad... Porque esa HUMILDAD es lo que hace GRANDES a las personas. Recordaba su primera misa, rodeado de familiares que ya están en el cielo, y hoy tiene a otros que antes no estaban, cómo sus sobrinos, también sacerdotes, que le han acompañado en este día tan especial. En cambio, yo he echado de menos a muchas caras conocidas. Me ha entristecido no ver a más cofrades en un día tan especial para Don Antonio, pues creo que le debemos mucho todos. Tambien me ha entristecido mucho no ver a más sacerdotes que sus dos sobrinos que le acompañaban y al maestro de ceremonías. ¿Dónde estaba el Cabildo Catedralicio?
Bueno, ahora es momento de alegría, de celebración. Dejaremos para otra entrada ciertas cosas que tengo pendientes desde hace algún tiempo.
GRACIAS, DON ANTONIO, POR ESTAS 5 DÉCADAS DE BONDAD, Y 75 ÁÑOS DE GLORIA.

jueves, 19 de agosto de 2010

La Profundidad de Campo

Poca Profundidad de Campo, para resaltar a las 3 mariposas.

Profundidad de campo grande, dónde tanto el primer plano de árboles cómo el fondo, están enfocados.


Jugando con la profundidad de campo, dónde el primer plano aparece desenfocado para resaltar el fondo.
Jugando a crear marcos naturales con una buena profundidad de campo.

Aquí también resaltamos el fondo, quedando en un primer plano la maceta, que se encuentra fuera de foco.


Cómo vemos, se va perdiendo la profundidad de campo en el fondo de la fotografía.

Para fotografiar paisajes, es conveniente utilizar un número f alto, para que no quede nada desenfocado.

Otro ejemplo de fotografía sin profundidad de campo, porque nos interesaba resaltar la rosa. Por ello la abertura de diafragma debe ser alta.

Más paisajes, con mucha profundidad de campo, con buena distancia focal, y utilizando un número F alto.
Y por último, vemos esta mariposa, en la que aparece un primer plano nítido, y un segundo fuera de foco, para resaltar al insecto sobre la hoja. Apertura de difragma alta: número f pequeño.



La profundidad de campo es la distancia por delante y por detrás del objeto enfocado que aparece nítida. A mayor apertura de diafragma (número f menor) la profundidad de campo es menor. La profundidad de campo se acentúa todavía más cuanto mayor es la distancia focal. Con un número f pequeño las figuras cercanas aparecen desenfocadas, mientras que con un número f mayor vemos más nítidas las figuras cercanas.
La profundidad de campo debe ser pequeña cuando queremos resaltar un sujeto sobre un fondo que no nos interesa, por ejemplo un retrato o flores.

Debemos utilizar una profundidad de campo grande cuando queremos que no quede ningún objeto desenfocado, por ejemplo un paisaje.