jueves, 16 de julio de 2015

Y comieron perdices

Si tuviera que definir la primavera en un color, sin duda, sería el rojo. Siempre me encantaron las amapolas, flor sencilla dónde las haya. De pequeña, cuando iba al campo de mis primos, siempre traía a casa algún ramillete con ellas y alguna margarita o flor silvestre. Mi madre siempre se enfadaba porque me manchaba la ropa, o traían bichos, pero a mi me encantaban.

Pues este año, para mi deleite, los campos estaban teñidos de rojo. Ha sido espectacular. Y pensando en la sesión preboda que teníamos pendiente con Cristina y Javi, pues hablé con ellos para aprovecharlo. 


La verdad es que ese día todo acompañó. El cielo estaba precioso, y el contraste con las amapolas dio mucho juego. Además, en la sesión también nos acompañaron el pequeño Javi, que es un encanto, un niño cariñoso, que no pone una mala cara ni protesta con nada, dispuesto a hacer todo lo que le digas sin ningún problema, y eso ayuda mucho, y no podía faltar tampoco Pongo, el cuarto miembro de la familia, que también se portó estupendamente y posó como un auténtico modelazo.


En estas sesiones se disfruta mucho. Al aire libre, con las herramientas que nos brinda la naturaleza y la imaginación que le pongas... Me llevó semanas de preparación, de pensar y de crear ideas, de buscar las mejores localizaciones e ir varias veces a los lugares para estudiar bien los espacios, las mejores horas de luz, por dónde se ponía el sol... 


Además, también quise llevar un atrezzo chulo, original. Pensado especialmente en cada miembro de la familia, y que fuera personalizado en ellos. Así que tras saber que la pedida de Javi a Cris había sido en la romántica París, diseñamos una pizarra alusiva que quedó muy bonita. 

También compramos unos globos con forma de corazón que nos dieron mucho juego para algunas tomas, y para decorar el puente de madera. Pompas, molinillos de viento, un improvisado picnic, y alguna cosa más, hicieron el resto. Por supuesto, siempre la naturalidad por protagonista.


Fueron hasta tres localizaciones diferentes para el reportaje, con algún cambio de vestuario incluído. Pasamos una tarde muy divertida, que de eso se trataba, llena de sonrisas y alguna anécdota. La verdad es que acabé muy contenta con esta sesión, y sus protas, también.

Este sábado se darán el si quiero, y nosotros estaremos allí para inmortalizar ese día tan especial en sus vidas. Aquella tarde fueron felices...


¡Y así será siempre! 

Podéis ver el reportaje completo en la web: Con Buena Luz

lunes, 13 de julio de 2015

Capturando el Amor

El mes de mayo también trajo mucho amor a mi objetivo. Llegó de la mano de la amistad. Una amistad que celebra ya unos 19 años, y que se conserva intacta, creciendo con el paso de los años.

Cristian y yo coincidimos en el instituto allá por el año 96. Recuerdo que él se sentaba delante de mi en clase, y a menudo nos picábamos discutiendo sobre fútbol. Cómo olvidar su característico chándal de táctel con el escudo del equipo contrario al mío. Los cinco minutos de descanso entre las clases de "el Litri" y "la Breva" o de "Paquillo" y "La Pretty" daban para muchas conversaciones. 

Los fines de semana era visita obligada a Catedral, y no a rezar...Era el sitio de moda, regentado por su hermano y dónde él pinchaba la música que nos hacia bailar. 

Cristian es de esas personas nobles y buenas que todo el mundo quiere tener en su vida. Y aunque las nuestras cogieron caminos diferentes al salir de aquellas clases, siempre, de una manera o de otra, hemos mantenido más o menos contacto, pero sobretodo, el cariño que allí se forjó.

Hace unos meses me llamaba para comunicarme una gran noticia: ¡se casaba! y se le notaba tan ilusionado y feliz que enseguida me transmitió su alegría. Pero además de darme la buena nueva, quería que yo capturara con mi cámara aquel día tan especial.

Todo un honor para mi, que además de poder estar presente en el que sería el momento más importante de su vida, podría grabar para siempre toda su felicidad, y la de su pareja, Abigail. Alguien a quien, aunque no conozco tanto, si lo suficiente para poder decir que es tan buena persona cómo él. Una chica alegre y positiva, amable, y que sobretodo, le va a hacer muy muy feliz.

Y allí estuvimos el pasado dos de mayo. Un día que comenzaba temprano, en casa de él, con ese ir y venir por los pasillos de familiares cercanos, con esa sonrisa nerviosa y esa mirada brillante. Creo que su reloj se paró cuando la vio llegar a ella por el pasillo de San Pedro. Sencilla y elegante, irradiando felicidad con su sonrisa. Y tras la ceremonia, el arroz, la bienvenida a los invitados (algunos también antiguos compañeros de instituto) el banquete, y por último el baile. Guardando cada instante para hacerlo eterno.

Ahora que ya ha pasado todo, sólo puedo deciros GRACIAS, GRACIAS, Y MIL VECES GRACIAS. Por confiar en mi, por dejarme ser parte de vuestro precioso día y por vuestra buena disposición. Os deseo toda la felicidad del mundo, tanta o más cómo aquel día, y que siempre estéis tan llenos de LUZ.

Y que nuestra amistad siga brillando siempre.


domingo, 12 de julio de 2015

La naturalidad de la primavera

Y como lo prometido es deuda, aquí estoy, en una calurosa tarde de domingo en la que ya quedan lejanos los atardeceres primaverales. La época del color y de la luz. De tardes de sesiones que comienzan con el nerviosismo típico de sus pequeños protagonistas, pero que según avanzan los minutos, se hacen amigos de mi objetivo y juegan con él.  De reportajes llenos de dulzura...


Un año más, mi agenda de estos meses se llenó de citas con preciosas princesas y guapos marineros. Tengo suerte y me siento feliz. Por protagonista, su naturalidad. Así, sin maquillajes, enseñándome cuáles son sus juegos preferidos o lo bien que dibujan en pizarras de colores. Convirtiendo una pompa de jabón en auténtica magia o con la delicadeza de las más bellas flores.


Deseando que llegue su gran día, en el que se hacen un poco más mayores, con el orgullo de sus padres y hermanos, que en la mayoría de ocasiones, están incluso más nerviosos que ellos. No necesitan más aderezos que su espontaneidad. Entre click y click, me cuentan como les va en el cole o lo que harán el fin de semana. Con sus sonrisas llenan todo de color.


Así transcurre gran parte de mi primavera. Feliz de poder disfrutar de la Luz que irradian ante mi objetivo. Buscando localizaciones, nuevos encuadres, y captando ante todo, naturalidad. Son semanas intensas. Horas de sesiones que acaban con agujetas que bien merecen la pena, pero también días de preparativos, de procesado digital, de trabajo a contrarreloj para que estén a tiempo sus recordatorios, de tensiones y nervios...Pero sobretodo, de ilusión, de mucha, mucha ilusión.


Gracias, gracias, y mil gracias, de todo corazón. A vosotros, los padres que confiáis en mi mirada para captar esa magia de vuestros pequeños cada año. Y por supuesto,  "mis niños" príncipes, princesas o marineros, porque siempre aprendo algo de cada uno de vosotros. Por mostrarme esa bendita inocencia sin reparos. Por vuestras sonrisas llenas de LUZ..


¡Os quiero!