domingo, 29 de noviembre de 2015

Desde la distancia...

Otro 29 de noviembre sin poder darte un beso y un abrazo ni tirarte de las orejas. Con la esperanza de que volverás pronto, y la incertidumbre de no saber si lo harás. Esta vez, separadas por un océano inmenso y con el miedo que me da el pensarte tan lejos. Y es que, no te voy a mentir, es duro, a veces muy difícil tenerte tan lejos.

Y no por ello dejaré de apoyarte en la lucha por ir cumpliendo tus sueños. Ni de admirarte por ello. Se te quedó pequeño el mundo y decidiste comértelo. Y allí estás, en ese "nuevo mundo" del que no te quieren dejar escapar. No se si a alguien le habrá sorprendido, a mi no.

Querida Soraya, egoístamente te diría que volvieses pronto, que te quedaras cerca de los tuyos, de los nuestros, que aquí también te necesitamos y que me parte el alma el tenerte tan lejos. Y no te mentiría en ninguna de mis palabras. En cambio, te sigo animando a luchar por aquello en lo que crees, a seguir echándole coraje e ir cruzando metas.


Es raro no saber siquiera cuando es la hora correcta para felicitarte, si nosotros vamos con el reloj adelantado o es allí dónde vais más despacio, pero en cualquier caso FELICIDADES. Estar lejos físicamente no nos separará JAMÁS.

Se que a veces me cuesta ponerme en tu lugar, que no compartimos muchas ideas ni opiniones, pero ten claro que pase lo que pase, siempre, siempre, te apoyaré y podrás contar conmigo.

Que no te  falten nunca esas ganas de darle bocaos a la vida, de conseguir sueños, de hacer que tu camino sea uno de ellos siempre.

Te quiero, querida hermana. Que pases el mejor de los días y podamos abrazarte pronto. Te echamos mucho de menos.


FELICIDADES.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Echar la vista atrás

A veces es bueno mirar hacia atrás y ver el camino recorrido. Todos los días se aprende algo nuevo, y cuando pones empeño en avanzar, aún más. Supongo que a todos nos ha pasado en uno u otro ámbito. Realizas un trabajo, quedas satisfecho con él, y cuando pasa el tiempo, meses, incluso años, y das de nuevo con esa carpeta guardada en alguno de tus discos duros, piensas en lo que has mejorado.


Hoy en día tenemos una herramienta muy útil para aprender, y es internet. Podemos encontrar miles de tutoriales sobre cualquier tema, blogs o webs de otra gente que se dedica a lo mismo que nosotros, y que nos pueden ser fuentes de inspiración, redes sociales, etc.

Eso si, la principal herramienta la tenemos en nuestra imaginación. A menudo veo como hay gente que acusa a otra de plagiarles, de copiarles ideas, incluso de hacer un trabajo en el mismo lugar que lo hicieron ellos. Supongo que cada uno tendrá su parte de razón y de sinrazón. También pienso que está todo, o casi todo inventado, y que en ciudades pequeñas sobretodo no se puede tener a tu disposición tanto abanico de posibilidades como ofrecen otras más grandes, y que no pasa nada si se repiten, el caso está en que cada uno le de su punto de vista, su "toque" personal.



Hay que esforzarse en buscar ese encuadre que sólo tus ojos ven, y no el que han visto los ojos de otro, porque una cosa es inspirarse, y otra, claro está, es reproducir la misma escena, cambiando quizás, solo al personaje. 

Lo mismo pasa con los procesados posteriores, revelados de toda la vida, aunque ahora en formato digital. Personalmente me gusta la naturalidad, rehuyo de montajes, y me encanta que una fotografía tenga sus colores vivos, que esté llena de Luz. No entiendo la moda de fotografías apagadas, faltas de saturación, y unos blancos y negros que más bien son una escala de grises. Creo que ese tipo de procesados están bien para usarlos de vez en cuando, pero no por costumbre en todas las fotografías de un reportaje. Lo veo como una falta de realidad. Pero claro, es solo mi punto de vista, está claro que muchos no opinan lo mismo, y de ahí el "éxito" que está teniendo últimamente esta moda.


Cada día me esfuerzo más en tener los ojos bien abiertos a todo lo que pasa a mi alrededor, y también la mente. Quizás un sitio dónde antes jamás hubiéramos imaginado realizar una sola fotografía, ahora nos ofrezca un mundo de posibilidades, o al revés, estemos cansados de los mismos sitios de siempre y esa rutina no nos haga motivarnos lo suficiente. Por eso digo que es muy importante aprender a crear, saber ver las opciones que nos ofrece todo lo que nos rodea.

En definitiva, la mejor manera de aprender es mirar hacia atrás, fijarnos bien en nuestros errores para no volver a cometerlos, y volver a mirar hacia adelante, descubrir todo lo que tenemos ante nosotros y exprimirle el jugo. Hay que ver para crear...






jueves, 12 de noviembre de 2015

Gajes del Fotógrafo

¿Os imagináis a un paciente entrando en un hospital y preguntándole a el cirujano: "usted cuanto cobra por una operación de apendicitis? O a una señora  que entra en una panadería y le pregunta a la dependienta "¿cuál es la parte proporcional de su sueldo por despachar 20 barras de pan?" Y que luego se fuera por dónde ha venido, sin ni siquiera comprar el pan de ese día.

Pues a los fotógrafos es algo que nos pasa a menudo. Realizas una sesión, llegas a casa y descargas las fotos de la tarjeta al ordenador, haces la selección, procesas, retocas, y cuando ya las tienes listas, las publicas en webs, redes sociales o blogs. Muchos seguidores comentan, le dan al "me gusta" o comparten tus publicaciones. Pasan los días, y te encuentras con alguien por la calle. Quizás alguien que no ha "interactuado" en tu trabajo, pero te comunica que ha visto tal o cuál sesión o foto, que le ha gustado o que no, y la siguiente pregunta es "¿ cuánto cobras por un reportaje de esos?" Y lo curioso no es la pregunta, si no que no están ni mínimamente interesados en que les realices uno...

Otra pregunta frecuente es "¿Para que quiere fulanito o menganita esas fotos?" No se, igual es difícil de entender que lo que uno se gasta en un móvil con pantalla de tal, con aplicaciones de cual, en unas deportivas último modelo, etc, otra persona prefiera gastárselo en una sesión de fotos (por poner un ejemplo) y tema económico aparte, le apetezca tener unas cuantas fotografías diferentes a las que solemos publicar en nuestros perfiles de las redes sociales de eventos familiares o de amigos, comiendo, bebiendo o haciendo tonterías.



Otra cosa que suele pasar (al menos a mi) es que alguien te diga que no han contado contigo para hacer el reportaje de su boda "porque quiere que disfrutes de la boda" Supongo que desde el otro lado de la cámara se ven las cosas de diferente manera. Y me parece muy loable que alguien contrate a tal o cuál fotógrafo porque le guste su trabajo, y quiera que sea el quien capte ese día tan especial. Lo que no termino de entender es el "queremos que disfrutes de la boda" Más que nada, porque yo no suelo hacer nada especial mientras el novio o la novia se están vistiendo o peinando en sus casas, o porque pienso que es un honor ser de las pocas personas que les puede ver las caras mientras se dicen el "si quiero" o se ponen los anillos. Tal vez porque "veo fotos" entre los tocados de las invitadas o las corbatas de los invitados. O será porque yo "empiezo a disfrutar de otra manera de estos eventos tras el primer baile de los novios... 

Esto me pasaba también (y me pasa) con la fotografía cofrade. Siempre hay mucha gente que piensa que no disfrutas el momento por estar con una cámara. Seguramente, ellos no lo harían, pero los que amamos este maravilloso mundo de la fotografía, no concebimos viajar, asistir a un evento importante, o a un acto, sin la compañía de una cámara. Disfrutamos doblemente, una cuando estamos realizando ese trabajo, y después cuando las tenemos grabadas para siempre en la eternidad del tiempo. Además, ¿acaso no es bonito poder hacer disfrutar a los demás cuando muestres tu trabajo?



En cualquier caso, yo SI disfruto con una cámara en mis manos, al menos en momentos tan importantes en la vida de algunas personas, y es que es un honor poder ser quien les cree uno de los pocos recuerdos que permanecerán en el tiempo para siempre, que puedan ver una y otra vez, y que además puedan enseñar con orgullo a los suyos.

Por eso, te llena mucho cuando alguien cercano a ti confía en tu trabajo para un día tan señalado. 

viernes, 16 de octubre de 2015

Las ¿nuevas? tecnologías

Lo cierto es que tenía un borrador a medio escribir sobre el transcurso del recién pasado verano. Sobre los calurosos días de sol que supieron mejor aderezados con un poco de piscina y una pizca de playa. Sobre las noches de lágrimas de San Lorenzo y de luna llena. O de media luna. Y sobre las veladas entre risas y amigos.

Nada fuera de lo común. Pero finalmente hoy, os hablaré de otros asuntos.


En este mundo de nuevas tecnologías, en el que nos creemos muy modernos, a veces parecemos retroceder en el tiempo. Tal vez el mal uso de muchos de las redes sociales, han hecho que lo que debería aprovecharse como herramienta de promoción y trabajo, consiga crear en algunos un miedo irrazonable. Y es que este mundillo, como muchos otros, hay que saber hacer buen uso de él, y sacarle partido. Aprovechar que es el mejor escaparate para mostrar un trabajo, o para aprender del de otros. Al menos es mi punto de vista.

Aunque reconozco que soy la primera, en que a veces siente ese miedo al ver el uso que algunos le dan a sus redes. ¿De verdad hay necesidad de subir tanto selfie, a cualquier precio? Me refiero, instantáneas recién levantados, o a punto de irse a dormir, con unas ojeras de caballo (aunque no se si los caballos tienen ojeras, todo sea dicho) o en su defecto, de jirafa.



En cambio, una de las redes sociales más adictiva (si no la que más) y de la que todos somos víctimas (o casi) es el famoso whatssap. Parece que con él hacemos una excepción, y no nos importa pasar una foto nuestra en un grupo en el que hay X personas que a su vez se la pueden enviar a otras tantas. Tal vez no nos concienciamos de esos "efectos colaterales" que pueda provocar una conversación, de no saber el tono con el que otra persona dice algo, de no poder mirarla a la cara mientras se habla. Y ojo, creo que nos facilita mucho la vida y nos hace que personas a las que tenemos lejos por motivos de la vida, podamos estar más cerca o comunicarnos con ellas más a menudo. Lo que no entiendo, es cuando se reúne un grupo de amigos y están todos los móviles, en vez de hablando entre ellos. Y es que a veces, las redes sociales, nos hacen los más insociables.


Pero os quiero hablar de otro tema que me afecta directamente. Precisamente, se trata de la mala costumbre, a veces, obsesión, de querer compartir fotos por whatssap. Pero no os hablo de fotos tomadas de cualquier manera con el móvil. Me explico:

Tu llegas al evento X, vas cargando con tu cámara réflex al cuello, tu mochilla con otros objetivos, flash, etc, a las espaldas, y en alguna ocasión, incluso un trípode. Pones los parámetros a la cámara. Calculas iso, velocidad de obturación, diafragma, haces el balance de blancos... Y allí estás, buscando ese encuadre diferente, o ese gesto natural de aquella persona. Acaba el evento, y guardas la cámara en la mochila. Y de repente, te llega alguien que te dice: "luego me las mandas por whatssap, ¿no?" 

No hay manera de que entiendan, que las fotos de una cámara de estas características, pesan varias veces más que las de un móvil, por muy iphone que sea. Que tienen mil veces más calidad, y que el envíarselas por whatsapp, te supone una pérdida de tiempo considerable en: 

a) Pasar la foto de la tarjeta de memoria de la cámara al ordenador
b) Pasar la foto del ordenador al móvil
c) Comprimirla con un programa para enviársela por whatssap
d) Enviársela



Eso contando con que sea una sóla foto. Imaginar, cuando te piden que les envíes un reportaje de 100-200 fotos. A veces creo que no me se explicar, y otras que no me hago entender. El caso es que pasa el tiempo y la gente no deja de pedirme estas cosas. Hay quien no quiere que se las subas a una red social, porque no les gusta o porque no son usuarios, pero no son conscientes del trabajo que puede suponerte compartir con X personas cierto reportaje ¡por whatssap!

De verdad, creo que este mundo cada vez es más de locos. La gente se viene arriba con súper móviles que les falta hacerte la comida, y tienen toda su vida en ese aparatito de unas cuantas pulgadas, en el que hacen que gire todo. Cuando les intentas explicar que el mundo de la fotografía es algo diferente, te miran como si les hablaras en marciano (que se lo digan a mi padre) Estoy harta de decírselo a los míos "cuando un móvil haga buenas fotos de verdad, con una cámara de fotos quizás se pueda hablar por teléfono". Mientras tanto, nos enteraremos de las cosas porque "nos lo ha dicho un pajarito"



Y es que en esas pantallitas LCD de 5- 6 pulgadas, se ve la vida tan bonita... Pero claro, prueba a pasar esas fotografías que has hecho al ordenador. O a sacarlas impresas. Igual te llevas una pequeña decepción. Aunque también puede ser que seas incapaz de ver los píxeles del tamaño de tus uñas y seas feliz con esos recuerdos plasmados que se acabarán perdiendo dentro de la memoria de ese aparatejo y que nunca verán la luz física.

¿Seguiremos avanzando mientras retrocedemos? Quién sabe...

domingo, 6 de septiembre de 2015

Las locuras, que Tú me quieras regalar

Los conciertos de Alejandro comienzan mucho antes de que salga al escenario micrófono en mano. Comienzan en el momento en el que ves el calendario de la gira y decides a cuál de ellos irás ese año. Y sobretodo, comienzan, cuando tienes la entrada en tus manos. Son días de nervios, de mucha ilusión.

Y no importan los km. Ni las largas horas de esperas al sol o pasando sueño, hambre o lo que sea necesario. Sabes que cuando el salga al escenario todo se te olvidará.


Lo que no se te pasa por la cabeza, es que puedas vivir algo como lo que vivimos anoche en Albacete. No concibes estar 6 horas bajo un aguacero inmenso, mientras arriba, en el escenario se cantan los temas como si se trataran de condiciones normales.

Y tienes la esperanza de que la lluvia cese, pero van pasando las horas, y los artistas por el escenario, y en lugar de eso, cada vez es más intensa.


Y aguantas con ilusión, bajo un mini paraguas que te resguarda al principio, pero que según va pasando el tiempo, poco puede hacer por mantener seca la ropa de dos personas, cuando te cae agua de todas partes. Aguantas la espera mientras otros artistas suben al escenario y hacen su parte. Aguantas 45 minutos más, mientras se cambian luces, instrumentos, sonido...


Y por fin, sales tú, querido Alejandro. Con una lluvia incesante, diciendo que somos tus héroes y dándonos las gracias. Y comienza lo  esperado tanto tiempo.

El público empieza a apagarse a lo largo de la actuación y cada vez cuesta más corear tus canciones. Demasiadas horas bajo la lluvia, además de las de cola. Calados hasta el último hueso, y aún así nadie se mueve.

Y yo, que me considero fiel fan tuya desde tus inicios, de repente, empiezo a sentir la desilusión en mi ser. Y es que veo que mi Alejandro, no está al 100%. Que se ha dejado la piel en una semana demasiado intensa, con actuaciones cada día, con miles de km a las espaldas, y que el último día no puede estar igual que el primero.

Querido Alejandro, te quiero y te querré siempre. Seguiré comprándome tus discos el primer día que salgan a la venta, y yendo a cada concierto que pueda. Pero no así, Alejandro. Porque los que estuvimos anoche en Albacete, teníamos la misma ilusión que los que viajaron a Córdoba el 30 de julio. O los que estuvieron en Murcia el pasado miércoles. Las entradas costaban lo mismo, y las horas de cola de mucha gente, ídem.

No es justo para nadie. Y se notó. Se notó que aunque querías, no podías. Se notó que todos somos humanos y tenemos un límite. Se notó el cansancio acumulado... Y aún sigo sin entender por qué no suspendiste desde el principio.

Eres el Maestro, y eso nada ni nadie lo cambiará. Tal vez sea criticada por este escrito, pero a pesar de todo, me consideraré siempre tu fan incondicional. Ojo, nunca fanática. 

Y ahora dime tú si se puede disfrutar de un show de 6 horas de duración, bajo miles de paraguas que apenas te dejan ver el escenario. Sintiendo la lluvia en cada poro de tu piel, y el frío que se te mete en los huesos. Creo que no...

A pesar de todo, feliz de volver a verte. De que nos despeines. De ver que me vuelvo a emocionar contigo. De compartir de nuevo mi pasión con él, mi amigo, mi confidente, mi compañero de vida...

Nos volvemos a ver el día 26 en Sevilla. De nuevo, con todas las ilusiones puestas. Seguro que será un sueño que vivamos juntos. 

Las locuras, que Tú me quieras regalar...

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Te fuiste para quedarte

El tiempo pasa apresurado siempre. No se detiene ni para mirar hacia atrás. Hay quién dice que todo lo cura, o en su defecto, te enseña a vivir con esas ausencias. Yo creo que ni una cosa ni la otra. Simplemente, te hace aceptarlo. Pero nunca se deja de echar de menos a alguien que se ha ido demasiado pronto.

Hoy hace un año de uno de los días más difíciles en mi vida. Del día que te fuiste, mi pequeño gran amigo. Aquella mañana se me clavaron mil puñales en las entrañas, y no me lo conseguía creer. Se que muchos no lo entenderán, pero me da igual. Quién no lo haga, es que nunca ha conocido el amor en toda su plenitud. El que te dan sin esperar nada a cambio. Y ese amor tan bonito es del que tú nos llenaste durante seis años. 

Te he querido y te querré más de lo que lo haré nunca a la mayoría de personas que han pasado por mi vida. Y es que aunque te marchaste hace 365 días, tú siempre quedarás. 

No hay ni habrá un sólo día en el que no nos acordemos de ti. En el que no mire hacia tu rincón con nostalgia, o espere llegar para volver a verte. Aún son muchas las veces que mis labios pronuncian tu nombre inconscientemente, pensando, aunque sólo sea por unas décimas de segundo, que vas a aparecer. 

Muchas veces me pregunto si sabrás cuánto te echamos de menos... Seguro que si, porque no concibo que haya un lugar mejor en alguna parte, sin los seres más nobles y buenos que existen.

Querido amigo, echo de menos tus besos en mi nariz, tus saltos en mis piernas o tus carreras por la alfombra. Echo de menos tu forma de tumbarte encima mía y de quedarte dormido, o tu manera de llamar mi atención cuando estaba haciendo otras cosas. Echo de menos tus ojitos saltones cuando olías el pan tostado que tanto te gustaba, o lo que corrías cuando nos sentías partir un trocito. El sonido que hacías al beber agua y lo nervioso que te ponías si se te mojaban los bigotes. 

Y sobretodo, echo de menos tu bondad. Ese sexto sentido que afloraba cuando tenía un mal día, para darme aún más cariño. Tu nobleza, que hacía que viera mejor las cosas buenas de la vida. Tu fidelidad, siempre ahí, en cada momento. Tu cariño incondicional. Echo mucho de menos tu alegría. Y la felicidad que nos regalabas en cada instante.

Hoy, y siempre...Te quiero, mi pequeño Polo. 


miércoles, 12 de agosto de 2015

Con Buena Luz

Como os he ido contando en anteriores entradas, en lo que llevamos de año, he sentido la necesidad de "reinventarme" fotográficamente hablando. De nuevo, tras un tiempo de sombras, vuelvo a disfrutar de la Luz a través del objetivo, a sentir esa pasión que me enamora, a "ver en foto" todo lo que me rodea...

Y por ello, decidí volver a empezar, por así decirlo. Buscar nuevas perspectivas, volver a captar los sentimientos que se mostraban ante mi... y volcarme especialmente, en la fotografía de retrato.

Le di muchas vueltas al cambio de imagen, quería algo sencillo, minimalista, y a la vez claro y directo, que con unas simples líneas identificaras fácilmente lo que quería decir. Así que tras varios días de bocetos en corel, di con un diseño de logo que me gustaba mucho. Unos trazos en color granate simulando una cámara, un sol a modo de flash que simbolizaría la Luz que tanto amo, y una mariposa que forma parte de mi identidad desde que nació mi pasión por el mundo de la fotografía. Además, la cámara hace una especie de C, las alas de la mariposa son en forma de B y el sol es la Luz. Ya teníamos las iniciales de la nueva marca: Con Buena Luz.

Ahora tocaba ponerse manos a la obra con la nueva web, que tendría que tener dominio propio. Al igual que el logo, quería que fuese de un estilo sencillo, fresco, actual. También tocó romperse la cabeza aprendiendo a manejar nuevas herramientas para el diseño, y más tarde para organizar todo el material que queríamos meter, que no era poco. Que fuera todo cómodo y accesible para el visitante.

Y así, ha nacido el nuevo proyecto, Con Buena Luz, en el que tenemos puestas muchas ilusiones de futuro, y del que van saliendo otros nuevos proyectos poco a poco.

Además, también estamos en facebook. Os invito a todos a conocer nuestro nuevo lugar de encuentro, muchos ya lo conocéis, pero seguimos actualizando periódicamente, y los que aún no habéis entrado, ¡no esperéis más! Esperamos vuestras opiniones, consejos...Todo será bienvenido.

Podéis pinchar sobre la imagen para acceder a ella. Y ya sabes, cuenta con nosotros para capturar tus recuerdos o escribir tu historia siempre Con Buena Luz


domingo, 9 de agosto de 2015

Pasó la primavera

Así, tras mi objetivo, transcurrió la primavera. Entre sesión y sesión saqué tiempo para capturar todo el color que este año nos brindaba mamá naturaleza. Mis colores preferidos predominaban en preciosos campos que te invitaban a sumergirte en ellos.


Casi sin darme cuenta, se me escapó entre los dedos otra primavera, impregnando con su aroma mis recuerdos. Pero con ella vinieron nuevos proyectos, nuevas ilusiones, nuevas metas. Hacía mucho que no sentía esa chispa al encuadrar y apretar el obturador, y de nuevo la volví a sentir. Y sentí la necesidad de reinventarme. De buscar nuevos encuadres, de capturar de nuevo sentimientos, de ser capaz de transmitir con imágenes...


Sentir otra vez esa motivación especial tras el visor y dar el 200% de ti mism@. Esa es la magia de esta profesión tan bonita en la que nunca se deja de aprender, en la que puedes crecer día a día. 


Pasó la primavera, y tras ella, nos sumergimos en un caluroso verano de veladas entre amigos, olor a sal y largas puestas de sol...Pero de eso os hablaré otro día.

jueves, 16 de julio de 2015

Y comieron perdices

Si tuviera que definir la primavera en un color, sin duda, sería el rojo. Siempre me encantaron las amapolas, flor sencilla dónde las haya. De pequeña, cuando iba al campo de mis primos, siempre traía a casa algún ramillete con ellas y alguna margarita o flor silvestre. Mi madre siempre se enfadaba porque me manchaba la ropa, o traían bichos, pero a mi me encantaban.

Pues este año, para mi deleite, los campos estaban teñidos de rojo. Ha sido espectacular. Y pensando en la sesión preboda que teníamos pendiente con Cristina y Javi, pues hablé con ellos para aprovecharlo. 


La verdad es que ese día todo acompañó. El cielo estaba precioso, y el contraste con las amapolas dio mucho juego. Además, en la sesión también nos acompañaron el pequeño Javi, que es un encanto, un niño cariñoso, que no pone una mala cara ni protesta con nada, dispuesto a hacer todo lo que le digas sin ningún problema, y eso ayuda mucho, y no podía faltar tampoco Pongo, el cuarto miembro de la familia, que también se portó estupendamente y posó como un auténtico modelazo.


En estas sesiones se disfruta mucho. Al aire libre, con las herramientas que nos brinda la naturaleza y la imaginación que le pongas... Me llevó semanas de preparación, de pensar y de crear ideas, de buscar las mejores localizaciones e ir varias veces a los lugares para estudiar bien los espacios, las mejores horas de luz, por dónde se ponía el sol... 


Además, también quise llevar un atrezzo chulo, original. Pensado especialmente en cada miembro de la familia, y que fuera personalizado en ellos. Así que tras saber que la pedida de Javi a Cris había sido en la romántica París, diseñamos una pizarra alusiva que quedó muy bonita. 

También compramos unos globos con forma de corazón que nos dieron mucho juego para algunas tomas, y para decorar el puente de madera. Pompas, molinillos de viento, un improvisado picnic, y alguna cosa más, hicieron el resto. Por supuesto, siempre la naturalidad por protagonista.


Fueron hasta tres localizaciones diferentes para el reportaje, con algún cambio de vestuario incluído. Pasamos una tarde muy divertida, que de eso se trataba, llena de sonrisas y alguna anécdota. La verdad es que acabé muy contenta con esta sesión, y sus protas, también.

Este sábado se darán el si quiero, y nosotros estaremos allí para inmortalizar ese día tan especial en sus vidas. Aquella tarde fueron felices...


¡Y así será siempre! 

Podéis ver el reportaje completo en la web: Con Buena Luz

lunes, 13 de julio de 2015

Capturando el Amor

El mes de mayo también trajo mucho amor a mi objetivo. Llegó de la mano de la amistad. Una amistad que celebra ya unos 19 años, y que se conserva intacta, creciendo con el paso de los años.

Cristian y yo coincidimos en el instituto allá por el año 96. Recuerdo que él se sentaba delante de mi en clase, y a menudo nos picábamos discutiendo sobre fútbol. Cómo olvidar su característico chándal de táctel con el escudo del equipo contrario al mío. Los cinco minutos de descanso entre las clases de "el Litri" y "la Breva" o de "Paquillo" y "La Pretty" daban para muchas conversaciones. 

Los fines de semana era visita obligada a Catedral, y no a rezar...Era el sitio de moda, regentado por su hermano y dónde él pinchaba la música que nos hacia bailar. 

Cristian es de esas personas nobles y buenas que todo el mundo quiere tener en su vida. Y aunque las nuestras cogieron caminos diferentes al salir de aquellas clases, siempre, de una manera o de otra, hemos mantenido más o menos contacto, pero sobretodo, el cariño que allí se forjó.

Hace unos meses me llamaba para comunicarme una gran noticia: ¡se casaba! y se le notaba tan ilusionado y feliz que enseguida me transmitió su alegría. Pero además de darme la buena nueva, quería que yo capturara con mi cámara aquel día tan especial.

Todo un honor para mi, que además de poder estar presente en el que sería el momento más importante de su vida, podría grabar para siempre toda su felicidad, y la de su pareja, Abigail. Alguien a quien, aunque no conozco tanto, si lo suficiente para poder decir que es tan buena persona cómo él. Una chica alegre y positiva, amable, y que sobretodo, le va a hacer muy muy feliz.

Y allí estuvimos el pasado dos de mayo. Un día que comenzaba temprano, en casa de él, con ese ir y venir por los pasillos de familiares cercanos, con esa sonrisa nerviosa y esa mirada brillante. Creo que su reloj se paró cuando la vio llegar a ella por el pasillo de San Pedro. Sencilla y elegante, irradiando felicidad con su sonrisa. Y tras la ceremonia, el arroz, la bienvenida a los invitados (algunos también antiguos compañeros de instituto) el banquete, y por último el baile. Guardando cada instante para hacerlo eterno.

Ahora que ya ha pasado todo, sólo puedo deciros GRACIAS, GRACIAS, Y MIL VECES GRACIAS. Por confiar en mi, por dejarme ser parte de vuestro precioso día y por vuestra buena disposición. Os deseo toda la felicidad del mundo, tanta o más cómo aquel día, y que siempre estéis tan llenos de LUZ.

Y que nuestra amistad siga brillando siempre.


domingo, 12 de julio de 2015

La naturalidad de la primavera

Y como lo prometido es deuda, aquí estoy, en una calurosa tarde de domingo en la que ya quedan lejanos los atardeceres primaverales. La época del color y de la luz. De tardes de sesiones que comienzan con el nerviosismo típico de sus pequeños protagonistas, pero que según avanzan los minutos, se hacen amigos de mi objetivo y juegan con él.  De reportajes llenos de dulzura...


Un año más, mi agenda de estos meses se llenó de citas con preciosas princesas y guapos marineros. Tengo suerte y me siento feliz. Por protagonista, su naturalidad. Así, sin maquillajes, enseñándome cuáles son sus juegos preferidos o lo bien que dibujan en pizarras de colores. Convirtiendo una pompa de jabón en auténtica magia o con la delicadeza de las más bellas flores.


Deseando que llegue su gran día, en el que se hacen un poco más mayores, con el orgullo de sus padres y hermanos, que en la mayoría de ocasiones, están incluso más nerviosos que ellos. No necesitan más aderezos que su espontaneidad. Entre click y click, me cuentan como les va en el cole o lo que harán el fin de semana. Con sus sonrisas llenan todo de color.


Así transcurre gran parte de mi primavera. Feliz de poder disfrutar de la Luz que irradian ante mi objetivo. Buscando localizaciones, nuevos encuadres, y captando ante todo, naturalidad. Son semanas intensas. Horas de sesiones que acaban con agujetas que bien merecen la pena, pero también días de preparativos, de procesado digital, de trabajo a contrarreloj para que estén a tiempo sus recordatorios, de tensiones y nervios...Pero sobretodo, de ilusión, de mucha, mucha ilusión.


Gracias, gracias, y mil gracias, de todo corazón. A vosotros, los padres que confiáis en mi mirada para captar esa magia de vuestros pequeños cada año. Y por supuesto,  "mis niños" príncipes, princesas o marineros, porque siempre aprendo algo de cada uno de vosotros. Por mostrarme esa bendita inocencia sin reparos. Por vuestras sonrisas llenas de LUZ..


¡Os quiero!

domingo, 28 de junio de 2015

Concierto de Melendi en Ciudad Real

Sé que os prometí contaros muchas cosas sobre esta recién pasada primavera. Y no se me olvida. Pero es que hoy estoy "de subidón" tras el concierto anoche de uno de los más grandes. Mi otra debilidad musical, mi asturiano preferido. 


Recuerdo aquel primer concierto, hace ya unos cuantos años, la gira de su primer disco "Sin noticias de Holanda" Un chaval con rastras, con unas pintas un poco "raras" y allí estábamos mi hermana y yo, gritando a viva voz cada letra y cada acorde.


El segundo concierto, vino con la gira de "Que el cielo espere sentao" y conseguimos unas invitaciones gracias a las barritas de chocolate "Toke" que el anunciaba como "el chocolate que más me pone" Desde luego que nunca ha dejado a nadie indiferente.


Y a estos se les fueron sumando otros, y a cada disco hemos ido disfrutando más. Le hemos visto crecer, no sólo cómo músico, si no también como persona. Y creo que es un artista que ha demostrado mucho a la sociedad, reconociendo sus errores y dispuesto a aprender de ellos.


Anoche volví a disfrutar de este artistazo encima de un escenario. Y la verdad es que antes de que aparezca en escena, ya sientes algo especial. Son conciertos en los que te cargas de una buena dosis de buen rollo y energía positiva. En los que se viven de la forma en la que hay que vivir un concierto: cerca de él, viendo cada gesto y cada detalle. Saltando,  cantando, bailando... ¡SINTIENDO!


Una dosis de realidad y de humildad lo que siempre nos ofrece Melendi, con sus reflexiones, sus confesiones sinceras, y cada vez descubriendo más a la persona que hay tras el artista. Regalándonos momentos nuevos, ahora frente a un piano, o presentando a la banda que le acompaña de una original forma, encestando una pelota de basket en una canasta.


Y van once años siendo guerrera. Once años en los que también he esperado impaciente cada disco, que siguiendo ya una tradición, viene de la mano de mi querido amigo Álvaro el mismo día que sale. Once años en los que aguardo el listado de conciertos para poder elegir dónde podré verlo. Once años de cenizas en la eternidad, once años de levantar mecheros, once años de lágrimas desordenadas...


Y así fue como lo viví anoche. Alguna instantánea que grabó mi compacta para tener en el recuerdo de estas dos horas y media de magia y toneladas de positivismo. Y es que a Ramón hay que quererlo. Y hay que darle las GRACIAS por ser capaz de hacernos FELICES a tantos guerreros. 

Las fotografías no tienen la calidad que me gustaría, pues desde mi fila de público de guerrera y con mi pequeñita canon, no se puede hacer mucho más, pero ahí quedan, ya inmortalizando una noche llena de ilusión. 


Si queréis ver algunas más, están en mi nueva página de facebook. Otro de los proyectos que ha salido adelante últimamente, y del que también os quiero hablar pronto. Con un aire más fresco y actual, cambiando logos y puntos de vista. Os invito a uniros a ella a través del Me Gusta. Siempre escribiendo historias Con Buena Luz

https://www.facebook.com/conbuenaluz

miércoles, 10 de junio de 2015

El mundo para ti

De nuevo se te queda el mundo pequeño. Y te dispones a comértelo, una vez más. Una maleta con unas cuantas cosas, el billete de avión preparado, y los nervios que como cada vez, te acompañan.

Atrás dejas todo por una temporada. Familia, compañeros, pareja, amigos, y tus dos debilidades con 4 patas. Un nuevo comienzo se abre ante ti, con una pizca de inquietud y un puñado bien grande de ilusión.

Y de nuevo, un océano por medio que nos separa. Egoístamente deseo con todas mis fuerzas que esto sea "una aventura más" que te aporte sabiduría, experiencia, y otro sueño cumplido. Que cuando vuelvas, sea para quedarte cerquita de los tuyos. Pero se que tus sueños siempre fueron muy grandes, y que en este país al que tanto queremos, y que por otra parte tanto nos duele, no hay muchas opciones para cumplir los sueños. 

Por eso, no puedo hacer más que desearte todo lo mejor, como siempre hice. Decirte que te echaré de menos, está de más... Nueva York, te espera ya, y a mi sólo me queda decirte que vivas intensamente cada minuto, que absorbas cada momento, que disfrutes uno a uno los instantes que te brindarán allí y que VIVAS, que vivas cada día con una sonrisa enorme.

Te quiero, te quiero muy fuerte...

...Hasta volver


Que tengáis un buen viaje,
Que el adiós no tenga excusas,
Que esta noche no derramen
ni una lágrima las musas.
Que te lleve cada nota
al lugar que tú querías.
Que celebres los paisajes,
que compartas con las brisa
y que al llegar a tu destino,
te recoja la alegría.

(Alejandro Sanz)

martes, 2 de junio de 2015

Mayo, con su Luz...y su sombra

Llegó mayo, y con él una primavera que estallaba en todo su esplendor. Campos teñidos de color y de Luz, y llenos de nuevo de aves que ponen la mejor de las melodías.

Personalmente, ha sido una época sin tiempo para apenas nada, por eso mis entradas vuelven a prolongarse en el tiempo, os pido perdón, pero también os doy las gracias a todos los que habéis (y estáis) confiando en mi, por haberme llenado la agenda completa de aquella pasión que es más que un trabajo, pues sin ella no entiendo la vida. Comuniones, bodas, pre-bodas, reportajes sociales... Intentando arañar unas horas para también hacer eterna esa Luz de Primavera que tanto me gusta. Y de todo esto, prometo hablaros pronto.

Pero como toda Luz, también tiene sus sombras. Mayo se fue, y con él, quizás algunos más de los recuerdos. Te volviste tan frágil como una amapola, que se ha bastado de sus pétalos para luchar entre espinas de mil cardos, pero a la vez, va viendo como se caen sobre la aridez del terreno.

Delicada y suave como la seda de la que parece que están hechos y sin comprender el por qué estás dónde estás, ni tan siquiera saber a ciencia cierta cuál es tu lugar. Rodeada siempre de los tuyos y no hay momento en el que no te hayas sentido sola. Y es que eso es la soledad...



Ya ni recuerdo la última risa, porque las lágrimas se han encargado de regar esa soledad de la que tu corazón es preso. Se te ha apagado el brillo de tu mirada y no entiendes qué pasa a tu alrededor.

Cada día te hemos regado con todo el amor con el que se cuidan las más delicadas flores, incluso cantándote para que resplandecieras de nuevo, sobretodo aquella fuente de la que has bebido todo este tiempo, de la que te has alimentado y tanto has dependido de ella. 

Pero la tormenta estalló con más fuerza, haciendo caer algunos más de tus pétalos. Y no ha habido canciones que te alegraran, ni mimos que comprendieras.

Ahora vas a un nuevo jardín, dónde serás de nuevo la más bella flor. Te cuidarán a cada momento, y nosotros seguiremos regándote cada día. Aunque luego no recuerdes si lo hemos hecho. Aunque sigas sin comprender el por qué de cada gesto. Aunque tu cabeza y tu corazón estén en guerra constante, no habrá quien te haga sombra.

No quiero ver caer más pétalos...Déjanos seguir regándote y dándote la Luz que salgas de esa maldita oscuridad. 

Déjanos seguir parando la tormenta...


viernes, 17 de abril de 2015

Dos viernes

Pensar en frío. Dejar pasar el momento en el que todo está reciente. Intentar que la cabeza amanse al corazón... Y hoy hace dos viernes. Y sigue doliendo igual.
Podría decir tantas cosas. Tantos despropósitos. Tantas mentiras. Tantos engaños. Tanta vergüenza ajena. Tanta rabia. Tanta impotencia. Y sobretodo, tanto, tanto dolor...

Pero hoy me vienen demasiados recuerdos. Hoy habla el alma y me cuenta las horas que pasó aquella que hoy cumple 86 primaveras cosiendo dobladillos, forrando botones que luego había que descoser para lavar la túnica (por eso mi madre nunca quería que saliéramos el domingo de resurrección) cogiendo el bajo para que valieran las túnicas a las nuevas generaciones de la familia. Hoy vuelve a resonar el sonido de aquella vieja alfa verde y la veo allí...con ese rayo de sol que entraba por la ventana, para que tuviéramos todo listo.

Y en mi mente sigue presente aquel viernes, de hace ya 17 primaveras. Escayola y muletas, fractura de tibia y peroné, y alguien que mandaba su paso, aún con cara tapada se me acerca y me da una flor suya. "Toma preciosa que el año que viene vas a estar con nosotros" Aún conservo esa flor seca, entre mis pequeños grandes tesoros.

A partir de entonces, siguieron muchos viernes, llenos de ilusión. Pero antes de que llegaran, estaban los sábados esperando impacientes un ensayo, y sobretodo, un beso. Un beso para el que llenábamos bancos enteros. Un beso para el que nos poníamos nuestras mejores galas. Un beso que te quitaba el aliento. Un beso al que acompañaba una caricia en su mano. Un beso tras el que había mucha, mucha inocencia. Un beso que unía, y que hacía HERMANDAD. Un beso...Un beso con todo el amor que guarda una Madre.


Tampoco había grandes altares. Ni un gran paso. Ni siquiera una corona. Solo un pequeño dosel guardado en "el zulo" todo el año y un centro de flores a sus pies. Pero si que sobraba una cosa: ilusión. Ganas de crecer. 

Había horas de convivencia. Cenas de hermandad. Llevar nuestra ilusión a los amigos de otras hermandades, con los que hacíamos muchas actividades. Recuerdo especialmente aquellas convivencias en Huerta Carmela a las que éramos invitados. O las alfombras del corpus, en las que acabábamos teñidos de colores. Los encuentros de jóvenes cofrades, los partidos, las charlas, las reuniones...

De las cosas más grandes que me han pasado en la vida, ha sido la dicha de poder compartir con mi hermana todo aquello. De que siguiera mis pasos. Primero, vistiendo esa túnica, que era nuestro orgullo. Caminando junto a Ella cada viernes santo. Aguantando horas de sol, parones y agotamiento, con la recompensa de estar cerca suya. Más tarde, con un costal, teniendo el privilegio de ser sus pies. Sintiendo su mano cogiendo la mía en los momentos difíciles. 

Después, otra vez vuelta a la túnica, con el mismo orgullo o más si cabe. Y ahora... Ahora toca estar lejos, pero más cerca que nunca.

Son tantas las cosas, tantos momentos, que sería imposible borrarlos. Pero sobretodo, tanta gente con la que he podido compartirlos. Allí encontré a la que hoy sigue siendo mi mejor amiga, aún en la distancia. A un capataz, que conseguía transmitir sus mismas emociones, su misma ilusión. A un montón de gente buena, que ahora forman parte de esa familia que elegimos.

Dos viernes...Y el sueño sigue durmiendo.



miércoles, 25 de marzo de 2015

Vuelve la primavera

Y vuelves, un año más. Impregnándome con tu recuerdo, que aunque pasen las primaveras, cada año está más fresco. Te veo a menudo, cada vez que cierro los ojos y recuerdo aquel aroma que desprendías. El brillo de tu mirada con la que sonreías y tu forma de mirarme. Recuerdo aquella tarde, dónde el faro de una ciudad brillaba a nuestros pies, y allí, dónde la brisa se hacía más libre, el viento trataba de llevarse algún mal momento.

Recuerdo aquella tarde de viernes, dónde los Dolores iban envueltos entre plegarias de un barrio, y tú aprendías a mirar tras mi visor, mientras me hacías mil preguntas técnicas, pero la mejor lección la tenías bien aprendida en tu corazón. 

La noche caía en un barrio Cautivo, dónde la Salud que tanto anhelabas había acabado de nacer tras la reja de una ventana. Con nerviosismo aguardabas ya al domingo, dónde vestirías aquella túnica de sarga blanca y capillo azul para hacer tu particular estación de penitencia. No te gustaba que me marchase al sur, y entre bromas me hacías de rabiar.

Aquellos días, estando a cientos de km, seguíamos unidos a cada momento. Tú, entre el particular olor que desprende tu tierra por sus calles en estas fechas: a miel y azúcar. Yo, entre naranjos de azahar.

Buscaste al Consuelo en la noche de un miércoles y esperabas encontrarte al Nazareno que despedías desde un balcón entre la Pasión de un Domingo, pero no pudo ser...

Una gorra de plato me grita que sigues aquí, a mi lado, y vuelvo a cerrar los ojos para verte. Y recuerdo aquel arco iris, brillando con intensidad. 

Todo pasa, y todo queda, y yo te sigo esperando, para saborear de nuevo la gloria a tu lado. Para escuchar el crepitar de la cera de un palio que revira lentamente, cuando la noche no quiere morir. Espero verte en cualquier calle, bajo mi antifaz blanco en una madrugada de viernes, cuando Jesús camina sereno, afrontando su destino.

Estarás, otra primavera, junto a mi. No importaron los kilómetros, ni importará lo físico nunca. Tú sigues, a mi lado, encuadrando cada momento.



domingo, 22 de febrero de 2015

Dos Años

Dos años. Apenas nada en toda una vida. Y lo suficiente como para habernos marcado un antes y un después de tu marcha. Encontraste el camino, como tú decías, y te fuiste alejando de nuestras miradas, de nuestros oídos, pero no de nuestros corazones. Ahora tu alma vive entre nosotros. Y seguimos haciéndonos la misma pregunta una y otra vez, sin entender el por qué tuviste que marcharte tan pronto. Pregunta sin respuesta.

Y aquí seguimos, querido amigo del alma. Intentando seguir con la fuerza que tú nos das desde ahí arriba. Poniendo nuevas piedras en el castillo de una amistad que tú fundaste un día. Amistad que ya será indestructible, como lo es el amor que por ti sentimos. 

Dos años de aquel día que se nos clavó como un puñal atravesando nuestros corazones. Y aún te veo cuando cierro los ojos, tan nítido como siempre, y aún te escucho, con el mismo tono de voz, con palabras reconfortantes.

Estrenamos de nuevo cuaresma, y se que de nuevo estarás conmigo en el balcón de los sueños. Que no te perderás ningún acto, que saborearás cada momento, que disfrutarás a cada instante.

Dos años de tu marcha...Y cada día más presente. Querido amigo, nunca te fuiste, sólo cambiaste de lugar, y aunque desde este mundo terrenal, te seguimos echando de menos, se que siempre estás. Te quiero, Grandullón.


domingo, 15 de febrero de 2015

Todo vuelve

Que soy una nostálgica, de todos los que me conocen es sabido. Que lo nostálgico está de moda...También. Y yo no puedo ser más feliz con estas cosas. Me encanta ese toque retro que te hace sonreír con recordar algunos objetos. Todo vuelve, y cuando lo hace es aún con mejor gusto, con la evolución de los tiempos que se van combinando al paso del segundero. 

Y es ahora, cuando recibimos al día decenas de correos electrónicos que nos saturan la cuenta, cuando echamos de menos aquellas cartas escritas en tinta y papel. Cuando queremos que vuelvan las viejas postales, ahora llamadas "postales viajeras" en algunas redes sociales, y nos ofrecemos a intercambiarlas con gente que ni siquiera conocemos, por tener la ilusión de volver a ver en el buzón un sobre escrito de puño y letra sin que tenga que ser navidad. 


¿Os acordáis de las antiguas cámaras polaroid? Aquellas que salía la foto en formato cuadrado al instante, por una ranurita que tenían. Esperabas unos segundos y la imagen comenzaba a aparecer por arte de magia en el papel. Mi amiga Mayte tenía una cuando íbamos al cole, y era la envidia de todos los niños. Yo siempre quise tener una, pero en casa decían que eran muy caros los carretes, y no les faltaba razón. Pues ahora, para deleite de los nostálgicos como yo, ha vuelto la cámara polaroid, en su versión mejorada. Con un formato dulce, bonito, elegante, en unos tonos pastel preciosos...Fujifilm instax mini, se llama.

Y claro, esta vez, no me he podido resistir a ella. Las fotos son caras, estamos de acuerdo.Tienes que pensar más de dos veces en qué gastarlas y procurar no equivocarte o disparar por error. Pero también es cierto que no hay nada como tener una foto en papel, y más si es al instante. Porque podemos tener miles de fotos en nuestros ordenadores, tablets, móviles...Pero al final, a todos nos gusta llevar en la cartera una foto física, una estampa... 

Y a la mayoría nos encanta hojear nuestros álbumes, poder tocar nuestros recuerdos, detener la mirada en un papel y no en una pantalla...


Y volvemos a rescatar las pizarras de tiza, porque son mucho más chulas que las de rotulador. Con ese encanto que dan a cualquier lugar, y ahora raro es el bar que no tiene una y se esfuerza en ponerla bien bonita. Y si no que se lo digan a mi amigo Rubén, maestro de la tiza en todas sus variedades. Porque ahora los bares modernos, son los que vuelven a lo antiguo, con ese toque vintage del que os hablo. Y algunos intentamos buscar un huequecito en casa para tener también una pequeña pizarrita, dónde poner una frase positiva que te arranque una sonrisa al leerla.


 Pizarras decoradas por Rubén Marín para el Cafe Yantar de Ciudad Real


Ese sonido inconfundible de teclas que escribían en un papel y no en una pantalla, tampoco se olvida, y las viejas olivetti resurgen en las más elaboradas decoraciones. Allí no había tecla de suprimir si te equivocabas, como mucho, luego podías echarle tippex al papel y corregir a mano el error. También podemos volver a ver los teléfonos de toda la vida, aquellos que dando vueltas a una rosca, marcaban el número, sin necesidad siquiera de prefijos, y nos parecía lo más normal del mundo.


El tiempo entre costuras consiguió que mucha gente quisiera aprender a coser. Para mi, uno de los sonidos de la banda sonora de mi infancia, fue sin duda, el de la vieja Alfa de la Yaya. Tenía más años que mis tías, y ella la quería casi tanto como a ellas...Tanto le debemos todos a esa máquina...Y es que los objetos a veces son mucho más que simples piezas, por todos los momentos que encierran, por todos los sentimientos que guardan...


Y vuelven las pegatinas, los sellos de caucho, las cintas decoradas, el papel craft o los bolígrafos de colores.Y aquí estoy yo, creando libros de firmas para que la comunión, boda o fiesta en particular, sea más especial aún. Para que la espontaneidad del momento quede reflejada en palabras de las que no se lleva el viento, en imágenes que guardaremos y hojearemos cientos de veces con el paso del tiempo. Y es que al final, en cualquier evento que se precie, todo acabará pasando, y lo que quedará para siempre son esos recuerdos en forma de fotografías y palabras.



Por supuesto, las bodas son las que menos se libran del toque vintage. Con buen gusto se pueden hacer cosas muy bonitas utilizando objetos y materiales que están al alcance de todos. Seguro que habéis visto más de un escaparate decorado con las clásicas cajas de madera. O algún disco de vinilo colgado, o los antiguos cómics... Seguro que alguien se preguntó por qué no utilizar todo este tipo de cosas del que os hablo en un evento tan especial como una boda, y sin quererlo, creó una tendencia. Maletas antiguas, bolas del mundo, rollos de películas de cine, cintas de cassette...Según la personalidad o gustos y aficiones de los protagonistas, se puede conseguir que aquellos objetos que tantos momentos nos dieron en el pasado, sean también dignos protagonistas de nuestro presente.