lunes, 22 de abril de 2013

Dos Meses



Por aquellos amaneceres en los que al levantarte no sabías si tomarte un nesquik o una copa. Por tu entusiasmo enseñándonos aquel parque de tus amores en las largas caminatas que siempre se hacían cortas. Por los "patos hacendado". Por aquellas puestas de sol en las que la Luz dibujaba preciosas pinceladas en el cielo. Por nuestro "interés turístico interplanetario" Por el fondo sur, del que ahora no fallas. Por tu habitación - santuario del Atleti. Por Coco, que me recibía siempre con esa alegría tan maravillosa. Por aquella revirá desde el balcón de los sueños. Por la búsqueda constante del mejor rincón para los mejores encuadres. Por aquella tarde tan medieval. Por las madrugadas que se alargaban con largas conversaciones llenas de secretos, de sueños, de ilusiones y a veces, también de lágrimas. Por la ruta de ferias que hicimos. Por el tunning, que nunca creí que llegara a ir a algo así. Por aquellas horas cociéndonos cómo garbanzos en la piscina de Pablo. Por la lluvia de estrellas. Por las clases de photoshop. Por la noche en "Villa Dalí" (aunque te manchara la camiseta de vino) con llamadas para el samsumg galaxy acuático. Por Walter, ya que siempre aguantaba estoicamente el ¿jugamos? continuo de Bruce. Por tu impaciencia (que se lo digan a Alberto) Por el arco iris...

Por todas estas y millones de cosas más...Hoy hace dos meses que partiste, pero por primera vez en mucho tiempo, siento la PAZ de tu mirada más cerca que nunca. 

SIEMPRE contigo. No te olvidamos.

miércoles, 17 de abril de 2013

Felicidades


Por tus 84 primaveras tan bien llevadas. Por ser el gran pilar que sostiene a esta familia. Por todo tu cariño. Porque no nos importa que ya apenas cosas, o que se te olviden las cosas. Porque eres única, y no te cambiamos por nada. Porque eres la persona más buena que puede existir y ese espejo en el que todos nos deberíamos mirar para ser semejantes a ti. Porque eres incapaz de guardar rencor a nadie, porque no te duran los enfados ni diez minutos. Por ofrecernos tu vida entera...

Porque eres la MAGIA que nos une. Te quiero Yaya. Cada día más.


martes, 16 de abril de 2013

A mi amigo Pablo


Pablo es una de esas personas que ponen Luz en tu vida. Puedo decir orgullosa que es mi amigo, y ¡qué amigo! Sin duda, su amistad es uno de esos grandes regalos. Quien le conoce, sabe bien que el coraje es símbolo de su vida.

Es un apasionado de las cofradías, en especial de sus hermandades, de las que es el mejor embajador. Pero sus cualidades cofrades, están más que demostradas. Lo mejor de Pablo es que ante todo, es buena persona, cualidad imprescindible para ser después un buen cofrade. Porque es de los que, al contrario que otros, pasan sin hacer ruido. De los que no necesitan llamar la atención,y de los que su trabajo es su mejor carta de presentación.

Hay quienes prefieren el bullicio, son aquellos que no saben defender lo suyo sin atacar a los demás. Pero por suerte, Pablo no está entre ellos. Él es de los que va siempre de frente, sin necesidad de espectáculos. La suerte de tener una amistad como la suya, es que sabes que será para siempre, y que estará ahí en todo momento. 

Por eso Pablo, por tu alegría ejemplar, por tu coraje, por tu valía, por tu sonrisa, por ofrecer todo lo que tienes siempre a los tuyos, por tu pasión...Por ser como eres... Estas líneas van hoy por ti. 

¡TE QUEREMOS!

domingo, 14 de abril de 2013

De Cuando incluso las más profundas sombras son provocadas por la LUZ


Y a veces, incluso esas sombras llegan a ser bellas, porque es la Luz quien las dibuja, quien traza siluetas que se alzan victoriosas hacia un ocaso en el que parece congelarse el segundero del reloj. A veces, son las sombras las que nos guían el camino, las que al trasluz nos hacen ver las pinceladas. Porque sin ellas, no habría contraste, no apreciaríamos esa Luz eterna que es faro de nuestros senderos.

Porque las sombras, también tienen su parte hermosa.

sábado, 6 de abril de 2013

Sed y Sueños

Rara. Difícil. Ese podría ser el resumen de mi semana santa. Si digo la verdad, no esperaba que fuera la mejor precisamente, pues la cuaresma también fue la más dura de mi vida. 

He aprendido a guardar silencio cuando hay cosas que te dan de lleno en el corazón. A distanciarme cuando se, por mucho que me duela, que hay lugares que no son para mi, que no son mi sitio. Y me siento orgullosa de ello, no todo el mundo es consciente de hasta dónde puede llegar y cuando debe marcharse.

Las lágrimas que el cielo no ha parado de derramar, no han sido las únicas de estos días. Y es que no puede haber nada más duro que saber que nunca más volverás a cruzarte con aquella mirada, que no escucharás esa voz más o que no verás la sonrisa que tanto decía. No creo que haya penitencia más dura que esta, por eso tal vez, he aprendido a valorar lo verdaderamente importante. A callar con tantas cosas que siguen sin gustarme, que sigo sin entender, pero que sé que no son primordiales.

Ahora llega la época del renacer de las flores. Del color. Llega el tiempo de la Luz. Y también de las nostalgias. Llega la época de las fresas. De los campos llenos de amapolas y los reflejos en el agua. Y lo viejo se volverá nuevo otra vez. Pero en esta ocasión será todo tan diferente...

No llegó la Pasión de aquel Domingo donde nuestra Civita Regia se viste de morada ilusión. Ni hubo viernes de grana Misericordia. Ni siquiera de negra Piedad. No hubo Esperanza, el tiempo nos la había robado. Ni Consuelo, pues no había pañuelos que consolaran el dolor. No vi pasear a la Bondad, pues en los tiempos que corren, cuesta encontrarla. Fue una semana santa, en la que a pesar del agua caída, nos quedamos con Sed. Sed de la cera que arde para iluminar los más bellos rostros. Sed del clavel que lucha por ser el más cercano a sus pies. Sed de largas filas de nazarenos ofreciendo la mejor de sus promesas. Porque ni siquiera hubo promesas...Sed de rezos, de oraciones, de sones de fe y de silencios abrumadores...Sed.

Pero si se derramó el semblante de aquel Cautivo que removió corazones. El sentimiento se tornó de túnica blanca, y la Luz ardía de forma saludable de aquel codal de azules sueños. 

Y los sueños, siempre fieles a su cita, fueron los que no faltaron. Sueños de coloridas pinceladas en un cielo que ganaba la batalla a las nubes. Sueños que se hicieron realidad al ver aquella sonrisa dibujada cuando El se abría camino entre la multitud. Sueños de una Fe infinita, capaz de hacer frente a las más duras batallas. Sueños de una amistad que se hacía más fuerte en cada chicotá, de una unión que no se quebraba ni con la más pesada de las trabajaderas. Sueños de una Luz que nos guiaba en aquel atardecer. Sueños...de los que se sueñan despierto, de los que se hacen verdad.


Y lo demás se lo dejo al tiempo, que es sabio. Yo me quedo con los sueños. Con la Luz.