martes, 2 de noviembre de 2010

No hay Amor sin Misericordia...

...Ni Misericordia sin Amor




Qué gran regalo... Se une el trabajo de manos a las que adoro. Las del gran pilar de mi vida, mi abuela, que a golpe de aguja y dedal le cosió el terno negro, y las de mi amigo Luisfer, artista dónde los haya, y mejor persona aún que con buen gusto y saber cofrade, nos regala una "mise" con sabor añejo. ¿Qué más se puede pedir?
GRACIAS

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