Hoy el día me sabe a nostalgia. A un atardecer que sin querer se me escapa entre la cortinilla de la cámara. Hoy la luz pinta pinceladas azules entre nubes.
Este año no salieron de la caja las figuritas que aguardan todo el año bajo la cama. Ni se adornó con guirnaldas la casa, ni los turrones están en la bandeja del salón. Esta vez es diferente, y quiero hacer cómo si nada pasara...Pero pasa. Pasa el segundero del tiempo, empeñado a veces en enseñarnos de frente unas fechas que quiero que acaben antes de haber comenzado si quiera.
Hoy son tantos los recuerdos contra los que intento luchar, que no me dejan evadirme. Y es que, a estas alturas, debería estar ciñéndote el cordón de la túnica de paje, o ayudando a colocarte un turbante. Y debería estar guardando tus anillos para que te enfundaras los guantes, y dándote los calendarios y regalos que con tanta ilusión repartías a todos los niños (y no tan niños)
Y aunque se que esta tarde estarás, entre aquellos pasillos, repartiendo esa Salud que a ti te faltó, hoy no tengo fuerzas para recorrerlos sin ti. Y es que aún no entiendo por qué te fuiste tan pronto, por qué nos quedaron tantos planes por ir tachando de esa libreta en blanco.
Hoy el buzón real estará puesto en el cielo, y recogerá los deseos el mejor de los pajes. Aunque los míos no se cumplieron el pasado año, ahora se que tengo un ángel que me cuida.
Hoy, especialmente, Te echo de menos. Mucho.
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