domingo, 22 de febrero de 2015

Dos Años

Dos años. Apenas nada en toda una vida. Y lo suficiente como para habernos marcado un antes y un después de tu marcha. Encontraste el camino, como tú decías, y te fuiste alejando de nuestras miradas, de nuestros oídos, pero no de nuestros corazones. Ahora tu alma vive entre nosotros. Y seguimos haciéndonos la misma pregunta una y otra vez, sin entender el por qué tuviste que marcharte tan pronto. Pregunta sin respuesta.

Y aquí seguimos, querido amigo del alma. Intentando seguir con la fuerza que tú nos das desde ahí arriba. Poniendo nuevas piedras en el castillo de una amistad que tú fundaste un día. Amistad que ya será indestructible, como lo es el amor que por ti sentimos. 

Dos años de aquel día que se nos clavó como un puñal atravesando nuestros corazones. Y aún te veo cuando cierro los ojos, tan nítido como siempre, y aún te escucho, con el mismo tono de voz, con palabras reconfortantes.

Estrenamos de nuevo cuaresma, y se que de nuevo estarás conmigo en el balcón de los sueños. Que no te perderás ningún acto, que saborearás cada momento, que disfrutarás a cada instante.

Dos años de tu marcha...Y cada día más presente. Querido amigo, nunca te fuiste, sólo cambiaste de lugar, y aunque desde este mundo terrenal, te seguimos echando de menos, se que siempre estás. Te quiero, Grandullón.


No hay comentarios: