miércoles, 25 de febrero de 2009

¡Empieza la cuenta atrás!

Miércoles de ceniza. Día señalado en el calendario de todo buen cofrade. Hoy empieza Doña Cuaresma, con sus potajes de los viernes, sus pregones, sus ensayos, sus triduos, sus conciertos... Casi sin darnos cuenta, nos metemos de lleno en estos intensos 40 días que acaban en la gloria de una mañana de palmas y una tarde de olivos.
Este año será diferente para mi. No tengo que ir a ensayar los sábados por la tarde. Cambiaré el costal por un capillo, el esparto por las sandalias y la faja por un fajín o cíngulo. Cómo hace 11 años, vuelvo a vestir mi túnica rojo cardenal en mi hermandad de la Misericordia. De repente aparecen perdidas en un armario de casa de mi tía dos túnicas a los que solo hay que "hacerles una pequeña restauración" y ¡zas! Preparadas para el viernes santo. Mi abuela ya ha empezado a prepararmela, con sus botones, sus bolsillos para los chicles y su goma para ajustarla a la cintura. ¡Que ilusión me ha hecho volver a ver ese viejo capillo que ha estado años olvidado en un armario! , aunque arrugado, está perfecto para brillar intensamente en la mañana del viernes santo.
También he empezado a preparar esa preciosa túnica de terciopelo morado de mi hermandad del Nazareno, que si Dios quiere, llevaré está madrugá, con un palermo, intentando ordenar las filas de cirios y enseñarle a los nazarenos la forma correcta de portarlo. Sólo tengo que reformar el capillo y escapulario, para que sea más cómodo y práctico, y comprarme el capirote de fibra y los guantes blancos.
11 años después, vuelvo a tener ilusión por vestir mi túnica blanca y rojo cardenal, y algunos años menos, la morada y blanca. Aunque está siendo muy duro escuchar una marcha de palio, ver un ensayo y pensar que no estaré bajo Ella este año, se que estaré a su lado, que volvere´a tener nervios por acompañarles y quizás tenga más ilusión que otros años.
¿Qué hay más grande que una espera, cuando se sabe que esa espera desembocará en la dicha plena? NADA, por más grande que sea la dicha vivida, nos lo iguala.



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