Quedémonos con las vísperas

La próxima vez que os escriba, queridos soñadores, yo habré acabado de aterrizar de mi sueño. Tendré aún el olor a azahar en los poros de mi piel y esa imagen que me hizo emocionarme grabada en la retina. Ahora la Gloria llega, y nuestra Mancha se engalana para recibir a Dios y a su bendita Madre. Da gusto pasear por nuestras calles, y respirar ese ambiente que tanto nos gusta, porque por fin, en esta tierra esta época del año no pasa desapercibida, y aunque nos quieran quitar los crucifijos, para esto estamos los cristianos, para proclamar nuestra Fe por el mundo, y sentirnos orgullosos de ella.

Gracias a las grandes familias de cofrades en nuestra tierra, cómo los Pajaron, podemos ver nuestra Plaza Mayor engalanada con numerosos banderines y reposteros, y gracias a varias de nuestras hermandades, podemos disfrutar de ver muchas de nuestras calles y placitas vestidas para la ocasión. Hoy Ciudad Real respira a cofradías por los cuatro costados.

Vienen días de emociones, de sentimientos, de auténtica hermandad con los que más queremos. Ojalá esta sea tan buena semana santa como la del año pasado, bueno mejor, sin que el cielo llore, y la disfrutemos todos juntos.

Espero ver a mi hermana antes de irme, pero si no, Soraya, esperame el miércoles santo con todas tus aventuras por África bajo el brazo, que ya es hora, ¿no? jejeje.

Bueno, soñadores, desearos una feliz Semana Santa, que la disfrutéis y la viváis intensamente, que es una vez al año, y olvidaros de rencores, de aguas pasadas, y a vivir el sueño.

Hasta la vuelta.