Cómo el rocío temprano de la mañana, con el frescor en la tímida flor que espera que llegue el alba. Cómo esos días de sol en pleno invierno, en los que el azul del cielo es protagonista eterno. Cómo el vencejo que vuela entre azucenas blancas, o la cigüeña que anuncia que la espera se acaba. Cómo el fulgor del amanecer que nos trae un nuevo día, o la caricia deseada. Cómo aquellos besos que le robaste al alma, esperando impaciente que hubiera un mañana.
Así llegará, la bella Dulcinea, siendo la flor más temprana en una primavera que la aguarda. Así, entre dos aguas, las del frío invierno que Ella vuelve cálidas. Entre besos de azahar que perfuma en sus entrañas y dulce resplandor que hace brillar su morada. Con mil rosas a sus pies y azucenas de nácar que quieren ser hoy su pañuelo de lágrimas.
Así... en un altar que es el cielo y una tierra que la aclama. Con un puñal en el pecho que no quiere ser su espada, tan sólo ... poder acariciarla. Llegará... anunciando la bella entrada, siendo la flor primera de la estación del alma.
3 comentarios:
Sin duda alguna es el presagio de un gran y sentido pregón...
Emocionados saludos.
Esto huele a pregón de los buenos... pasado mañana llega la primavera para aquellos que sentimos el ser cofrade... Precioso.
Muchas gracias a ambos. Todo está escrito ya... Ahora quedan horas por delante de repaso y ensayo... Y de nervios también, jeje
Pasado mañana será Ella la pregonera... la que nos anuncia todo.
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