Junto a la primavera, la estación más fotogénica del año. Sus tonos ocres, tintados de algún grana, la belleza de lo que se va para dar paso a lo que viene, el sonido del bosque, y el murmullo del arroyo que empieza a perder su calidez.
La naturaleza nos vuelve a pintar el mejor de los cuadros ante nuestros propios ojos. No dejéis de disfrutarlo.
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