miércoles, 20 de mayo de 2009

La Senda del Tiempo

Dicen que cuando un camino se acaba empieza otro. En nuestros caminos de la vida vamos montados en un tren que a veces para en las estaciones que no esperas, cambiando el rumbo, compartiendo tu vagón con personas especiales. Otras, desearías que no hubiera parado nunca. Dejamos atrás cosas para empezar otras. Hay personas que cuando llegan a tu vagón ya sabes que están solo de paso, y otras que tienes la sensación de que han compartido contigo muchos momentos, aún cuando apenas las conoces. Hay gente que se sube al tren y se sienta a tu lado en el vagón, y siempre, pase lo que pase, y por muchas veces que pare el tren, permanecen a tu lado. Otras, simplemente están de paso y se bajan en la siguiente estación.
En mi vida ha habido y habrá todo tipo de personas. Gracias a Dios, mi vagón hoy está repleto de buena gente, de los que han querido compartir el viaje conmigo. Algunos acaban de llegar, otros llevan años ahi, pero todos a mi lado. Siempre compartiendo risas, alegrías, buenos momentos, y también los más difíciles. Nunca me falta un hombro dónde apoyarme.
Hay con quienes incluso, soy capaz de compartir mis sueños más secretos, mis locuras de niña grande. Hay quién se atreve a soñar conmigo, a compartir mis ilusiones y a mirarme con ese brillo en los ojos del reflejo de la ventanilla del vagón, invitandome a compartir las suyas. Regalándome sonrisas y abrazos...
Lo importante es adentrarte en el camino, seguir siempre hacia adelante, y sólo mirar hacia atrás para recordar buenos momentos. A veces elegimos las personas con las que compartir el viaje, el tren y el vagón. Otras, aparecen de repente y sin avisar... Sólo hay que saber con quién sentarse al lado o caminar en cada momento del viaje.





1 comentario:

Sory dijo...

Una entrada preciosa, al igual que las fotos. Me alegro de que siempre vayamos en el mismo vagón. ¡Te quiero!