lunes, 12 de octubre de 2009

Berrea 2009

El Rey del Bosque
La Jefa

Familia Feliz


Escondido entre árboles
Descansando de un duro día
Por fin, al tercer año de ir a la berrea del ciervo, hoy he tenido la suerte de poder comtemplar de cerca este precioso ejemplar, junto a su familia. Cómo sabéis me encantan los animales, disfruto de la naturaleza, pues no hay mejor sonido que el del murmullo del viento, ni mejor paisaje que cualquiera que nos ofrezca un colorido variado sin la contaminación urbana.
Uno de los espéctaculos más impresionantes que nos ofrece mamá naturaleza es la berrea del ciervo, que se produce por estas fechas, con los colores amarillentos ya del otoño. Los venaos elevan sus corvas, bramando a los cuatro vientos. Luego, comenzarán las peleas por hacerse con un harén de hembras a quien transmitir los genes para generaciones venideras. Las cuernas golpean y se enredan entre sí, sin llegar a herirse ningún contrario. Tan sólo se limitan a mostrar su fuerza al contrincante.
Tras varios días de luchas agotadoras, los machos ganadores cubren a las hembras de sus harenes. Después de ocho meses de gestación, darán a luz, en el mes de mayo, a una sóla cría (raramente, dos) denominada jabato o cervatillo, quién, nada más nacer, se pondrá en pie con ciertas dificultades y comenzará a mamar. Los cervatillos son miméticos y adoptan diversas posturas con el objeto de pasar desapercibidos durante toda su época infantil. Mamará durante unos cuatro meses y permanecerá junto a la hembra hasta el siguiente parto.
A últimos de marzo, el ciervo sufre la pérdida de las astas o desmogue. Pocos días después, comienza a crecer la nueva cuerna, lo que supone un esfuerzo para el ciervo que, durante los cuatro o cinco meses de formación, tiene que asimilar varios kilos de sales cálcicas y fosfóricas. Las cuernas crecen recubiertas de una piel muy vascularizada y sedosa denominada terciopelo o borra.En el mes de julio, la cuerna alcanza su tamaño máximo y el alto nivel de testosterona en la sangre hace que el terciopelo se quede sin irrigación sanguínea y, por tanto, muera. Para ayudar su caída, el animal se frota contra los árboles en lo que se conoce como escoda. Liberada de su recubrimiento sedoso, el asta presenta un color blanco al principio, para luego amarronarse. Las cuernas no son su único carácter identificativo, pues suelen marcar sus territorios con glándulas odoríferas, que poseen en los lagrimales del ojo, y con orín, durante el celo.
Los rebaños de ciervas son auténticos matriarcados dirigidos por una vieja hembra que establece una rígida jerarquía entre las demás. Es ésta la encargada de desplazar y detener al grupo y elegir los lugares de descanso y la comida de la manada.
Y después de haber aprendido un poquito más sobre el apasionante mundo natural, aquí os dejo las últimas fotografías que he realizado esta misma tarde, antes de que mi querido objetivo 18 - 200mm muriera de repente, sin avisar... Espero que tenga solución, porque no se que haré sin poder enseñaros mis sueños a través de mi objetivo :(


1 comentario:

Fran dijo...

Preciosas las fotos.
Si ayer te hubieras venidos hubieras tenido la oportunidad de haber fotografiado un paisaje impresionante desde más de 1200 metros de altura y, sobre todo, unos espectaculares ejemplares de águila imperial que nos sobrevolaron bastante cerca y durante bastante rato.
A ver si os animáis a otra.