También los bares han cambiado mucho. Aquí tenéis la prueba. ¿Lo reconocéis? Era famoso por sus bocadillos de calamares. La de días que habré pasado por allí, y la de horas que le habrán dedicado mis padres a este bar... El bar de mis abuelos. El Leonés. Lo abrieron al poco de venir de León, y allí se conocieron mis padres. Trabajaron allí todos, mis abuelos, mis tíos, y cómo digo, mis padres. Recuerdo a mi madre en la cocina junto a una estufilla eléctrica, haciendo las tapas. Y cómo no acordarme del perro, Satán (curioso nombre...) que se escondía bajo la mesa los días de tormenta. También recuerdo el teléfono rojo que había en la barra, y la máquina tragaperras. Todas las tardes, se juntaban allí unos cuandos señores del barrio a jugar la partida de cartas. En la cocina, había una escalera gruesa, de madera, que daba a un altillo en el que se almacenaban algunas cosas.
Hoy está completamente reformado, la barra ya no está a un lado, si no en el centro, con forma de U, y los baldosines son mucho más modernos. Ya no trabajan allí mis padres, ni mis tíos, y mis abuelos se jubilaron y alquilaron el negocio. Pero yo recuerdo aquellas días jugando en la calle, esperando a que mis padres acabaran...
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