miércoles, 16 de febrero de 2011

Imágenes para el Recuerdo



Es triste, pero es así. Este año, cuando se asome Dios por la ojiva el Domingo de Pasión, habrán cambiado muchas cosas. Y no todas por gusto. Imágenes cómo éstas, ya no se repetirán más. El paso del Señor, ya no será el mismo, y tendremos que acostumbrarnos a verlo sobre madera, en vez de sobre plata. "El águila plateada" quedará ya en el recuerdo.


Pero no es del cambio de paso de lo que he venido a hablar hoy, pues eso, es una buena noticia para la hermandad, ya que espera ilusionada un paso digno para Jesús. Lástima que gran parte de nuestro clero, no entienda lo que es la dignidad y que las vestimentas que visten nuestros acólitos, sean "disfraces" y no comprendan que sólo tratamos de DIGNIFICAR la imagen SAGRADA del Señor. Lástima que en vez de intentar aunar posturas, de que nos entendamos mejor, cada vez estemos más y más alejados. Y es que, no entiendo por qué, según la diócesis en la que te encuentres, tienes derecho a unas cosas u otras, puedes vivir tu Fe de una manera o de otra... No lo entiendo. Si la iglesia somos todos...¿por qué no todos tenemos los mismos derechos? ¿Por qué en Ciudad Real para muchos sacerdotes, es una vergüenza llevar un alzacuellos o una sotana? ¿Por qué las monjas deben ir "vestidas de monjas" y los curas (la mayoría) pueden ir cómo les de la gana? De verdad, es un tema que me indigna mucho.

Ahora, esfuerzos, sudores y muchas ilusiones se van por la borda, teniendo que volver a costear unas nuevas vestimentas, volviendo a realizar esfuerzos, porque a un señor, no le parecen apropiadas las que hay.

Hay cosas que no lograré entender, que no me pidan que entienda a una iglesia que opina diferente según la zona de la geografía nacional en que se encuentre.


Menos mal, que a pesar de los pesares, tenemos benditas excepciones...


Don Antonio Lizcano, que gran sacerdote, que gran cofrade, y sobretodo, QUE GRAN PERSONA (Requisito imprescindible para predicar la palabra del Señor) Gran ejemplo para todos y cada uno de nosotros, por su bondad infinita.


Y éste, si que es un HOMBRE DE DIOS.

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