La Luna en cambio, es más misteriosa. A ella le contamos nuestros secretos que los guarda con su magia. Es nuestra confidente, la que comparte los sueños. Cada noche se asoma distinta, tras acicalarse en el espejo. La vemos vestida de esplendor lleno, en noches radiantes. O de Parasceve, en una Semana Grande. Otras veces se asoma tímida, con solo un delgado halo de Luz.
Pero siempre nos deja su magia, nos perfuma con su misterio y nos adorna con su hermosura. En noches como las de este verano, la vemos asomarse vestida de rojo, puntual a su cita. Tal vez se acicale así para gustarle más al sol. O tal vez también quiera llenarnos de Luz.
La Realura...
1 comentario:
Por lo que veo y leo, ambos compartimos la fascinación por la luna, que aun siendo siempre la misma, cada vez se muestra diferente y tus fotos son buena muestra de ello. Muy buena conjunción de imagenes y palabras, me ha encantado tu blog, Sonia. Un saludo!
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