domingo, 24 de febrero de 2013

Mi Estrella en el Firmamento

Dicen que la vida sigue, y es cierto. Pero...¿cómo seguir cuando tu mundo se paraliza? Con el alma rota en pedazos es muy difícil siquiera pensar. Solo recuerdas. Sólo lloras.

Querido David, te has marchado por fin dónde querías. A un lugar mejor, de campo verde y con olor a esa lluvia que te encantaba escuchar golpear el cristal. A un sitio dónde no existen las agujas, ni las batas blancas, ni las máquinas llenas de tubos. Allá dónde por fin puedes disfrutar esa paz que este mundo terrenal no te dio. Y ese es mi único consuelo. Tu paz.

Aquí nos quedamos nosotros, los que no hemos sido elegidos para formar parte de ese ejército de ángeles que el Señor quiere a su lado. Por eso te ha llamado tan pronto, no tengo ninguna duda. Él sólo quiere a los mejores a su lado, a los que desprenden bondad. Quizás porque desde ahí arriba nos ayudáis a los que nos quedamos aquí a ser mejores personas, cómo fuisteis vosotros. Ahora se que cada noche habrá una estrella que brille especialmente para mi en el firmamento, que me cuidará y me dará esa luz que hoy tanto me falta. Porque ahí arriba si que hay un verdadero Paraíso de Luz. Esa que tú desprendías con tu mirada, aún desde el más oscuro de los abismos. La Estrella de David hoy brilla más que nunca en el universo.

Inevitables los recuerdos, inevitable la nostalgia. Hoy todos afloran en mi mente ¿te acuerdas del último día que viniste a casa? al marcharte, en el cielo brillaba un arco iris precioso. Se, que ahora, tú mismo los pintarás, junto a esas pinceladas de amanecer que tanto te gustan (vaya madrugón nos hiciste dar, ¿eh?) y que sonreirás desde cada atardecer. 

Siempre me decías que te encantaba vernos reír, y me pedías impaciente las fotos de nuestras fiestas, nuestros momentos...Te gustaba mucho verlas. Hoy se que tenemos que seguir sonriendo por ti, porque ahora ya no te podemos engañar. Pero te pido un poquito de paciencia, ¿vale? Ya se que nunca fue de tus mejores cualidades, pero también se que lo comprenderás. 

Me queda la rabia de no haber tenido más tiempo, de no haber podido compartir tantas cosas que teníamos pendientes. Viajes soñados. Reportajes anhelados. Ilusiones, magia... Y mi primer Domingo de Ramos aquí, viendo a tu Cautivo. He llegado a pensar que aquella promesa ya no tenía ningún sentido, pero ahora se que lo tiene más que nunca. Sé la ilusión que te hacía que me quedara, que compartiera aquello que tan importante era para ti. Por eso ahora, lo veré con más ilusión si cabe. Al fin y al cabo, se que tú también estarás a mi lado, que tendrás el mejor de los palcos, y que me ganarás seguro con tus fotos.

También se que este año verás al Nazareno desde el mejor de los balcones, ya me lo dijiste hace tiempo. No te voy a mentir, me cuesta mucho hacerme a la idea, pero se que ahí arriba estás feliz.

Has sido y serás siempre especial. Por tu manera de ver la vida, por saberle sacar la parte positiva a todo. Por tu Fe hasta el final, esa que a mi me faltó, pero a la que hoy me aferro más que nunca. Por tus bromas, por tu genio (vaya piques teníamos a veces...)Por ser tan radical en todo. Por tu coraje. Por tu fuerza. Por tu valentía. Por preocuparte de los tuyos siempre. Por ser el mejor embajador de tu querido Daimiel, y por supuesto, de tus queridas Tablas. No he visto a nadie nunca defender lo suyo con tanta pasión. Y precisamente por tus pasiones, se te quería aún más. Tu Atleti (creo que te pasaste con la habitación, ¿eh?) Tus cofradías. Coco...Y esas fotos con las que nos deleitabas.



Hoy sólo puedo decirte GRACIAS. Por todo lo que me has enseñado, por todo lo que he aprendido contigo y de ti. Hemos pasado momentos muy duros, muy difíciles, pero aún así no cambio ni un solo momento a tu lado por nada. Me quedo con todo lo bueno, quizás no tuvimos mucho tiempo, pero fue intenso. Aquella última mirada, precisamente, por no saber que era la última. Aquellas puestas de sol. Aquellas sonrisas, aquellos abrazos...Y como no, aquellas confesiones de madrugada.

Te has llevado un trozo grande de mi corazón, pero me queda la tranquilidad de haberte dicho todo lo que te quise decir en cada momento. De saber que sabías lo mucho que te quería, y que te querré siempre. Porque eso no hay NADA que se lo pueda llevar. Y me llena de ilusión ver a tanta gente que te quiere, y no hablo de los que se suben ahora al carro (ya sabes que algunos tienen un concepto de amistad un tanto peculiar, cuanto menos ¡Qué te voy a contar!) Hablo de los de verdad, de los que no es que estén ahora, es que estuvieron y estarán siempre. Tú lo sabes mejor que yo. 

Y por mi, no te preocupes, tengo suerte de tener a mucha gente que me quiere, y que te quiere. Me están ayudando mucho, aunque casi les falten las fuerzas a ellos también. Se que nos cuidas a todos desde ahora, que velas por cada uno de nosotros. 

Sabes que nunca me han gustado las despedidas, y cómo se que vas a estar ahí siempre, no voy a despedirme. Te espero en los atardeceres, desde el otro lado de ese puente de tus pasiones,sonriendo con la mirada, cómo tú sabes hacer. 

Te quiero por siempre, David.





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