domingo, 28 de junio de 2015

Concierto de Melendi en Ciudad Real

Sé que os prometí contaros muchas cosas sobre esta recién pasada primavera. Y no se me olvida. Pero es que hoy estoy "de subidón" tras el concierto anoche de uno de los más grandes. Mi otra debilidad musical, mi asturiano preferido. 


Recuerdo aquel primer concierto, hace ya unos cuantos años, la gira de su primer disco "Sin noticias de Holanda" Un chaval con rastras, con unas pintas un poco "raras" y allí estábamos mi hermana y yo, gritando a viva voz cada letra y cada acorde.


El segundo concierto, vino con la gira de "Que el cielo espere sentao" y conseguimos unas invitaciones gracias a las barritas de chocolate "Toke" que el anunciaba como "el chocolate que más me pone" Desde luego que nunca ha dejado a nadie indiferente.


Y a estos se les fueron sumando otros, y a cada disco hemos ido disfrutando más. Le hemos visto crecer, no sólo cómo músico, si no también como persona. Y creo que es un artista que ha demostrado mucho a la sociedad, reconociendo sus errores y dispuesto a aprender de ellos.


Anoche volví a disfrutar de este artistazo encima de un escenario. Y la verdad es que antes de que aparezca en escena, ya sientes algo especial. Son conciertos en los que te cargas de una buena dosis de buen rollo y energía positiva. En los que se viven de la forma en la que hay que vivir un concierto: cerca de él, viendo cada gesto y cada detalle. Saltando,  cantando, bailando... ¡SINTIENDO!


Una dosis de realidad y de humildad lo que siempre nos ofrece Melendi, con sus reflexiones, sus confesiones sinceras, y cada vez descubriendo más a la persona que hay tras el artista. Regalándonos momentos nuevos, ahora frente a un piano, o presentando a la banda que le acompaña de una original forma, encestando una pelota de basket en una canasta.


Y van once años siendo guerrera. Once años en los que también he esperado impaciente cada disco, que siguiendo ya una tradición, viene de la mano de mi querido amigo Álvaro el mismo día que sale. Once años en los que aguardo el listado de conciertos para poder elegir dónde podré verlo. Once años de cenizas en la eternidad, once años de levantar mecheros, once años de lágrimas desordenadas...


Y así fue como lo viví anoche. Alguna instantánea que grabó mi compacta para tener en el recuerdo de estas dos horas y media de magia y toneladas de positivismo. Y es que a Ramón hay que quererlo. Y hay que darle las GRACIAS por ser capaz de hacernos FELICES a tantos guerreros. 

Las fotografías no tienen la calidad que me gustaría, pues desde mi fila de público de guerrera y con mi pequeñita canon, no se puede hacer mucho más, pero ahí quedan, ya inmortalizando una noche llena de ilusión. 


Si queréis ver algunas más, están en mi nueva página de facebook. Otro de los proyectos que ha salido adelante últimamente, y del que también os quiero hablar pronto. Con un aire más fresco y actual, cambiando logos y puntos de vista. Os invito a uniros a ella a través del Me Gusta. Siempre escribiendo historias Con Buena Luz

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