El pregón de los grandes olvidados

Fotografía: Miguel Barba

Porque era tu voz, pero este pregón tenía un nombre propio, y tu lo dejaste claro...

Porque ya era hora de que se subieran al atril del quijano hermandades que también lo merecían.

Porque ha sido el pregón de TODOS y para todos.

Porque nunca ese atril derramó tanto sentimiento.

Porque sólo un buen cofrade cómo tú, pero sobretodo, una BUENA PERSONA es capaz de hacer aflorar así las emociones de todo el mundo.

Por acordarte de todos siempre.

Y por la ilusión que le pones a esto tras tantos años, digna de admirar.

ENHORABUENA, PREGONERO.