viernes, 1 de abril de 2011

Mañana...




Creo que nunca he esperado un pregón con tanta ilusión. Tal vez porque sé, a ciencia cierta, y afirmo sin temor a equivocarme, que será mucho más que un pregón. Quizás por esa sensibilidad y emoción que desprendes y que siempre has sabido transmitir a todos los que te rodeamos. Tal vez porque eres el único capaz de hacer aflorar los sentimientos en los momentos más difíciles, sin dar voces, tocando la fibra sensible. Porque para mi, sólo hay un capataz, y eres tú. Porque fuiste quien "me enseñaste a ser cofrade" y compartimos tantos momentos buenos que han hecho olvidar los malos. O tal vez porque un día cogiste a un grupo de chavales jóvenes, que nada sabían de esta locura, y les llevaste de la mano a conocer aquella ciudad mágica de la que tan buenos recuerdos conservo, a conocer otras queridas hermandades que tú llevas también en el corazón y enseñarnos, con paciencia el engranaje de una hermandad.


Recuerdo aquella época cómo una de las mejores de mi vida, llena de ilusión. Aquellas noches en la casa hermandad de la Flagelación, de la Santa Cena o de la Dolorosa, compartiendo tanto con tantos amigos que seguro que mañana te acompañaran en tu día grande. Y por supuesto, recuerdo cada ensayo, cada palabra de ánimo y cada momento. Aquellos viajes a ver bandas, aquellas juntas, asambleas... Algunas más difíciles de lo que habríamos podido imaginar.


Y cómo olvidar aquel año, con mi pierna escayolada, tus palabras al acercarte a darme una flor suya...


Pero no es momento de nostalgias, aunque seguramente mañana lo sea. Es el momento de desearte toda la suerte del mundo, aunque ya se que no hace falta. Mañana pregonarás todo el Amor que llevas dentro a través de la Misericordia y la Bondad. Será, cuando oficialmente, comience un año más, nuestra primavera.


El gran teatro espera impaciente, con sus butacas aún vacías de público, pero llenas de espectación, de ilusión. La magia fluye entre ellas y en el ambiente se presiente que mañana será un día para el recuerdo, para la historia.

Se que mañana será el pregón soñado. El pregón de los grandes olvidados, NUESTRO PREGÓN.


SUERTE, PREGONERO

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