domingo, 16 de diciembre de 2012

Hasta siempre, Speedy


Sólo aquel que ama a los animales puede entender el vacío tan grande que dejan cuando se van. Speedy llegó a casa hace dos años y se fue ayer. Quiero pensar que fue feliz, pues lo cuide y lo quise muchísimo. Tenía un carácter un tanto especial, éstos bichejos no te muestran el cariño cómo los perros o los gatos, pero te quieren a su manera. Siempre salía al escucharme, me llamaba la atención para que le diera comida (aunque tuviera el comedero lleno) y aunque era muy asustadizo, se había acostumbrado a mi. Le encantaba corretear cuando lo soltaba, meterse entre tubos y mil cosas que ya echo de menos al ver que ya no asomará más por esa casita, que ya no dará vueltas en su rueda, y que no saldrá al olerme o escucharme.

Siempre se aprende algo de los animales, y yo de Speedy aprendí que por muy pequeño que seas, el coraje y las ganas de vivir pueden con todo, pues hace unos meses, cuando enfermó y los veterinarios no daban mucho por él, tras darle todos mis cuidados, salió adelante con más energía si cabe. 

Hoy es un día triste, porque mi pequeño y a la vez gran amigo, se fue... Gracias por estos dos años, Speedy.


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