Este año no quiero pedirle a los Reyes otra cosa. Tal vez porque no lo valoramos hasta que no nos falta, o tal vez porque aprendí de golpe tantas cosas que casi no me quedó aliento. Esta noche, de nuevo, el Niño Dios nacerá en cada uno de nuestros corazones, colmándonos de Paz y Bien. Por eso, a ese Niño que hoy se hace humano, le pido aquello que realmente merece la pena, Salud para los míos, para los vuestros, para todos y especialmente para uno.
Que nunca perdamos la Esperanza, y que la Luz que hoy se hace presente, siempre guíe nuestros caminos.
FELIZ NATIVIDAD DEL SEÑOR
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