jueves, 5 de marzo de 2009

No lo hagas, por favor...

Anoche se me partió el alma cuando Javi me llevaba a casa. Otro perro abandonado por su barrio, otro galgo, y van 2 en menos de un mes. Este era blanco. Fue solo bajar la ventanilla y salir corriendo asustadito perdido, pero luego, viví una imagen que más que de sueño, era de pesadilla, de una película triste que no puedo quitarme de la cabeza. Cuando el coche se alejaba, el pobre galgo salió corriendo tras él, siguiéndonos......bfffff. Luego le bajamos algo de comer, pero aún asi no confiaba ya en los humanos, con total seguridad, el más malo de los seres sobre la tierra.
Mi padre lleva unos meses llevándole comida a otro galgo que abandonaron donde el trabaja, en Manzanares. Aunque sale corriendo contento cada vez que le ve llegar, aún no ha conseguido darle una caricia tampoco... Dice que cuando llegó aún tenía la cuerda al cuello y cojeaba. No quiero imaginar el calvario que habrá pasado también ese animal.
Jamás entenderé como alguien es capaz de hacer daño a un animal que te da tanto por tan poco. No sé como pueden dormir tan tranquilos, me repatea, me llena de rabia, de impotencia, de tristeza... Siempre me han encantado los animales, nunca entenderé una corrida de toros ni el maltrato porque si, y me cuesta trabajo tambien entender la caza, por mucho que mis tíos me expliquen lo que cuidan los cazadores la naturaleza... Pero aún así, sigo sin verle sentido el matar por tener un par de colmillos o de cuernos más colgados en la pared, que queréis que os diga. Y después de ver como gentuza como los galgueros hacen lo que hacen, menos aún lo comprenderé. Lo siento.
Aquí os dejo alguna foto de Nana, la perra de mi prima y su novio. Ella tiene suerte, pues nunca tendrá que verse tirada en medio de la calle sin nada que comer, pasando frío y hambre. Tiene a dos personas que la cuidan y la quieren mucho. Que pena que no todo el mundo sea así. Estas fotos son del día que llegó a casa, con carilla de pena, o más bien de asustada, ahora ya está llena de alegría y vitalidad.
Ojalá algún gobierno se preocupe alguna vez de defender un poco más a nuestros animales. Ojalá saquen leyes, castigos, para toda esta gentuza que se creen con el derecho de maltratar así a estos pobres animales. Mientras tanto, seguiré llena de rabia y de impotencia...







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