miércoles, 19 de agosto de 2009

Hípica





Desde ayer y como cada año, desde hace 42, se celebra en Ciudad Real el concurso hípico nacional de saltos. Desde hace más de 15 años llevo asistiendo a el, viendo como cada año venían caballos nuevos, o los de años anteriores. Recuerdo los primeros años que iba con mis tíos y con la buena gente de Mabelka, dónde los días de feria eran días de trabajo duro, de llevar y traer los caballos todos los días, y el último día de feria, era la cena de todos juntos allí en casa de "los serranos"
Recuerdo cada verano en el campo, con Sagra y Loren, cada día en su casa, entre decenas de caballos, la época en la que monto mi prima María, que el "Siesta" era el caballo más tranquilo de todos, cuando Sagra empezó a montar a "Mabelka", y Loren competía con "Casta"
Y cómo no, recuerdo cuando mi hermana montaba en la escuela de Víctor Berthold, con el genial Luis dandole clase, la ilusión que le hacía cada sábado por la mañana cuando tenía que irse a montar, cuando se compró las botas, el casco...todo que aún guarda con tanto cariño, para volver a montar algún día, seguramente, no muy lejano.
Volviendo al tema del concurso, creo que cada vez la gente es menos consciente de lo que es aquello. Van como el que va al circo, a los toros (con tappers incluidos) o a sentarse en una terraza de un bar. Sólo les importa apostar y ganar dinero, y si tienen que dar 4 voces cuando un caballo tira un obstáculo, las dan, sin pararse a pensar, que es un animal que está acostumbrado a entrenar sin público, que cualquier ruido puede ponerle nervioso, y que el jinete sale con bastante tensión, con el recorrido memorizado sólo 10 minutos antes, y que no le importa si le has apostado a el o al que ha venido de Cuenca a competir, que yevan todo el año preparandose para estos concursos...
Esta tarde - noche volveremos a ver a algunos de los mejores caballos, jinetes y amazonas de España. Gracias a Dios, es un deporte en el que no existe machismo ni feminismo, no hay separación sexista, todos compiten igual, independientemente de que sea hombre o mujer.

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