A veces no somos capaces de ver esa LUZ que nos acompaña, que nos da fuerza y nos ayuda a sobrevivir. Sentimos que se apaga, que sólo quedan pequeñas chispas cuando la mecha va decayendo. Pero siempre, esa LUZ vuelve a brillar, vuelve a iluminarnos y nos devuelve la Esperanza.
Hoy esa LUZ brilla de motu propio, haciéndose fuerte, soñando con un nuevo mañana, con una nueva ilusión. Esa LUZ que se enciende a los pies de un barrio humilde, que se reviste de azul y blanco el más mágico de los domingos, que huele a incienso y cera, a olivo y rosa roja a sus pies.
Hoy esa LUZ que nos ilumina, resplandece, se hace fuerte, brilla cual estrella en el firmamento y nos trae una nueva Esperanza. Salud de los Ángeles, que hoy vas de fiel compañera iluminando el camino de uno de tus hijos, hazle que este camino con el que se ha cruzado su vida, sea dulce. Cédele tu LUZ en este tiempo, que sean los Ángeles los que velen cada noche por él, los que alivien su sufrimiento y dejen Cautivo al miedo...
Recuerda siempre David, que SIEMPRE brillará una LUZ. Ahora, mucho ÁNIMO en la más difícil de tus chicotás.
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