La época de la Luz

Si digo que tenía muchas ganas de ver abrirse las primeras flores, me quedo corta. Cómo sabe el que bien me conoce, no me gustan los días grises. Soy de sol, calorcito, aire del sur. Y aunque el verano agote a veces, creo que es para eso, para pasar calor. Demasiado largo es el invierno ya. Nada comparable con tumbarse en la hierba, o pasear descalzos a la orilla del mar. 

Por fin han llegado esos días en los que todo se torna de colores vivos. En los que el ambiente tiene algo especial, en los que se presiente una sonrisa, una caricia, un beso. Por fin llega mi época preferida, la que considero más fotogénica del año. Llega el momento de inmortalizar paisajes y hacer que esas flores sean eternas postales de luz. 

Llegan los días en los que al sol le va costando cada vez más marcharse, y nos regala atardeceres pintados de rosáceos o naranjones. Los agradables paseos por el campo, con el sonido de un río que corre o de un ave que vuela. 

Y aún nos quedan algunos días de invierno, pero empezamos a sentir la primavera cada vez más cerca...

Comienza la época de la Luz. Que no se apague.