El retablo se quedará vacío hasta el mismo sábado santo. Hoy es el comienzo de todo. Hoy bajas del cielo para llenarnos con tu mirada, para que el alma se nos encoja al rozar con nuestros labios tus manos, para que el corazón nos de un vuelco al sentir tu mirada tan cerca. Hoy llegas, como llegas siempre, con la ilusión renovada, con el semblante sereno. Todo vuelve, siempre tan igual y tan diferente.
Y nos regalas tu presencia un año más. Y esta vez, bien se lo que pesa tu cruz. Hoy cogeré la mía. Y te seguiré. Allá dónde vayas.
1 comentario:
Apabullante...Pellizcos que llegan directamente al alma. Se aproxima el sueño...
Preparémonos para vivir lo que esta fuera de toda razón.
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