martes, 18 de mayo de 2010

XXX Aniversario




Ni en sueños podría haberme imaginado que tendría al mismísimo Pascual González cantando varias de mis canciones preferidas el día de mi cumpleaños. Esto fue sólo uno de los detalles que tuvo el gran día.


Hoy, hago balance de todo, y aunque me quedó la espinita de dejarme en casa a la persona que más quiero en el mundo, a algunos de mis amigos del alma, y a mi familia, creo que queda un balance muy muy positivo.


Y es que compartir un día especial con gente muy especial, no tiene precio. Desde la noche antes, se respiraba ya la ilusión en nuestra casa morada, y por la mañana, al recogerme en casa, poníamos de nuevo rumbo a la ciudad soñada, con un puñado de magia en los bolsillos.


Aunque ya no se respiraba a azahar, nos encontrabamos con que el color morado, había teñido las calles de Sevilla, presagio tal vez, de un sueño.


Regalos que no esperaba, sobretodo, porque es el año que más regalos hechos con todo el corazón he tenido, y eso es lo que más valoro: Ese póster collage de Leti, en el que estoy hecha a través de pedacitos de todos vosotros y de todo aquello que quiero, y es que creo que ha sido la mejor manera de definirme: porque todos vosotros formáis parte de mi. El collar y las pulseras de mi querida Madrina, creo que es el año que más me ha gustado el regalo, por lo mismo, pues en él está puesto tu esfuerzo y tu ilusión por hacérmelo, y como colgantes, cosas con las que me identifico mucho, como esa moto a la que hace honor la forma en la que me llaman mis amigos. El collar de Rele y Pedrito, en honor al que se me rompió en mil pedazos nada más llegar el Sábado de Pasión a tierra de María Santísima, los pendientes y brazalete de Lalo y Saúl, en color morado nazareno, cómo nuestra sangre :) Ese Cerca de Ti que ha llegado cuando ya no esperaba nada más y ha hecho brotar mis lágrimas: Gracias Mikel. El disco y la manopla de la banda de mi Mario del alma, en los que hay tanta ilusión puesta, y por supuesto, cómo olvidarme de tus regalos y los de mi hermana: esa cámara que inmortalizará tantos momentos mágicos, el disco de mi querido Sergio Dalma, y esas tradicionales 7 rosas. Pero lo mejor de todo, esas palabras escritas con tanto cariño que realmente me emocionaron.


Pero también, hubo otros regalos que sólo algunos sentidos pudieron disfrutar. Me refiero a aquellos que se saborean durante el paso del tiempo, y que permanecerán siempre grabados a fuego en mi corazón. Tener la dicha de acariciar el pie del Señor de Molviedro, rodeada de todos mis amigos, es algo que no olvidaré mientras viva. Tengo grabada su mirada al cielo en mi retina, mientras, algunos cómo Mikel le rezaban sentados en un banco, otros cómo Lalo inmortalizaban el momento en su cámara, y otros, simplemente podían admirarle, igual que yo. Cuanta magia en tan pequeñito lugar.


Otro de mis grandes regalos, fue el poder volver a celebrar un cumpleaños con mi querida Olguich, después de tantos años. Y es que a pesar del inexorable paso del tiempo, habrá cosas que no cambién nunca, cómo el seguir diciendonos todo sólo con una mirada.


Con salida extraordinaria incluida, el olor a incienso inundó de nuevo las calles de mi ciudad soñada, trayéndome un nuevo regalo, desde Huelva. ¡Que ilusión volver a ver a mi niño portugués después de 4 años!


Y cayó la noche. El cielo se tiñó de oscuro para dejar salir a la luna sobre aquella entrañable Plaza del Museo, dónde se reunió más arte que nunca: artistas sobre un escenario, incluso nuestro querido escultor manchego, Luisfer, nos deleitaba con su presencia regalándonos su sonrisa. Sevillanas y rumbas ponían la banda sonora a una velada cargada de buen ambiente, en la que no faltaron las risas y la alegría. Esa interpretación magistral de Pascual González de Cachorro que me hizo emocionarme, y esa gran voz de nuestro amigo Marcos que nos hizo pasar grandes momentos (a mi y a mis amigos que me quieren ;) )


Grata presencia también la de mi amigo Rubio, "junto a su Aurora" Gran persona, de palabra y legal dónde los haya. De lo mejor que he encontrado en este mundo de las bandas, sin duda.


Y así, entre alegrías y emociones varias, transcurrió la noche flamenca, que cómo no podía ser de otra manera, acabó en Triana, dónde el arte se esconde en cada rincón. Y en ese puente por dónde cruza la Esperanza cada primavera, me dejó el Señor el último regalo del día: el abrazo de mi querido Álvaro, que cansado de su viaje, tuvo la deferencia de acercarse a pasar un ratito a mi lado. Imposible no quererle, ¿verdad?


Llegó el domingo, pero antes de volver a casa, en San Andrés nos esperaba una grata sorpresa, y es que sinceramente, nunca había disfrutado en una misa cómo lo hice allí, con la solemnidad y el respeto al Señor que muchas veces olvidamos por otras tierras.


Y así, despues de una comida entre amigos, poníamos de nuevo rumbo a casa, tras 24 horas intensas llenas de alegría. Gracias a todos, por formar parte de este día, y de mi vida, porque sois mi mejor regalo. A los que no estuvistéis, para que podáis estar el próximo año, porque os llevé en mi corazón y os eché mucho de menos (Soraya, Fran, Rubén,Miguel, Almu, Cobrix, Jorge, Blanca, José Luis, Chechu, mi prima María, Mari, Rocío, y a los que seguro que me dejo)


A los que estuvistéis a mi lado en un día tan especial, porque vosotros lo hicistéis mágico, porque nunca olvidaré este cumpleaños.


A todos: os quiero con toda mi alma, sois lo mejor que me ha pasado en la vida. Porque pasemos muchos más cumpleaños juntos, porque sois MI VIDA.

1 comentario:

Maria Jesus dijo...

Es que 30 años no son para que pasen desapercibidos. Me alegro un monton que lo pasaras tan bien, y que te gustaran tanto los regalos, aunque por lo que veo coincidimos casi todos en lo mismo, te vas a parecer a la Carmen Polo de Franco "La collares" (vamos ni de coña, ya le gustaria): Te quiero sobrinita