viernes, 24 de junio de 2011

Recuerdos




Hoy te veo vulnerable, sensible con más necesidad de cariño que nunca. Te miro las manos que hoy se sienten débiles y pienso en las veces que tú nos ayudaste a levantarnos, nos diste fuerza y el valor necesario para afrontar algunas piedras de nuestros caminos. También veo en ellas las señales del trabajo de toda una vida. Pienso en tus 82 vueltas al sol en las que tanto nos has enseñado. En tus ojos de cielo, hoy un poco nublados, y en tu voz siempre dulce cantando al hacer la comida.

Recuerdo esperarte mirando por la ventana y verte llegar. Y las tardes a tu lado en el costurero. Recuerdo las noches de bocata de tortilla francesa sentadas al fresco en los "jardinillos del cementerio" y las mañanas de domingo en los "jardines de los soldaos" tras la tradicional misa en aquella iglesia del barrio. Las tardes de plazuela jugando mientras tú hablabas con las vecinas en un banco... Recuerdo ir a llevarle flores de tu mano cada mes al abuelito, y cuando me decías cuál era su estrella, siempre la que más brillaba. Aquellos días en el campo tomando el sol y merendando mientras tú mirabas si ya estaban listas las almendras. Las noches de viernes sentada en el sofá a tu lado viendo el 1,2,3 y los zumos de naranja de los sábados por la mañana. Aquellas partidas interminables de parchís en las que siempre nos ganabas y las tardes de lluvia mirando por la ventana. También vienen a mi memoria los disfraces de carnaval que nos hacías y verte a tí de máscara recorriendo las calles.

Recuerdo cuando me sentaba en un bordillo a ver las procesiones junto a tí y cuando me cogías los bajos de la túnica para que me sirviera otro año más. Y recuerdo verte bajo mi antifaz, sentada en la calle Toledo y preguntarnos si queríamos agua o chicles.

Casi me es imposible encontrar en mi memoria algún recuerdo de mi infancia en el que no estés tú, y pienso en tu sonrisa en cada comida familiar, en el brillo de tus ojos cuando nos ves felices, en tu ilusión infinita con nuestros sueños que son también tuyos.

Y creo que jamás haré por tí ni la mitad de lo que tú has hecho por mí, me siento tan pequeña a tu lado... Y hoy soy yo la que quiere verte feliz, la que anhela tu sonrisa y tu voz cantando. Hoy cuando te he visto así, me ha dado un vuelco el corazón y me he enfadado un poquito con aquella a la que vas a ver a un Prado todas las mañanas... No he podido evitarlo.

Sé que te recuperarás pronto y que volverás a sonreir y a coger en tus brazos al nuevo peque de la casa. Y que aún quedan muchos momentos por compartir, muchos Viernes Santo viéndote en la Calle Toledo, y muchas tardes en las que miremos juntas esas fotos en blanco y negro del maletín mientras me explicas quién es cada uno y qué hacíais allí. Siempre estarás presente en cada momento importante de nuestras vidas, compartiéndolo y sintiéndote FELIZ.

1 comentario:

Begoña S.R. dijo...

Unas manos llenas de vida, experiencia, amor y recuerdos, muchos recuerdos que siempre formarán parte de tu vida y que tú a la vez transmitirás a tus descendientes de manera que siempre estarán presentes en todos vosotros.
Una generación de mujeres irrepetibles, a las que debemos todo cuanto ahora tenemos.
Gracias por esta entrañable entrada.
Un fuerte abrazo