domingo, 16 de febrero de 2014

El Sol y yo

Por alguna razón, este año el invierno se me está antojando demasiado largo. Los eternos días grises parecen no tener fin, y cuando sale un rayito de sol pienso que la primavera ya empieza a arañar con sus entrañas. Pero es tan efímero que cuando vuelvo a mirar, el rayo se ha evaporado entre nubes...Pero allí estás tú, sintiendo el calor típico de ese fugaz rayo de invierno aún en tu cara, con la sonrisa puesta en la esperanza de que volverá para quedarse.

Nunca me gustó la lluvia, a pesar de saber que es más que necesaria. No lo puedo evitar, me deprimen los días grises, el frío que se te mete en lo más hondo, las calles vacías de gente, la falta de vida en ellas. El verano, se hará pesado a veces, pero a mi al menos, me llena de VIDA. De noches de perseídas y días de olor a césped. De sabor a tinto con limón en una terracita, de pies descalzos en la arena o sintiendo la hierba. De muchos más momentos dónde la palabra AMISTAD se hace dueña de largas veladas.

Hoy, después de muchos días, ha vuelto a asomarse el sol. Tímidamente, eso si, pero al menos sabemos que sigue ahí. Se avecina una semana cuanto menos, difícil. De muchos recuerdos. De aflorar más el dolor. Esperemos que al menos el sol nos acompañe.

Y es que yo soy cómo las flores...Sin su Luz no soy nada.



No hay comentarios: