viernes, 2 de mayo de 2014

Mi Martes Santo


Hacía tanto que no vivía un martes santo, que ya no recordaba apenas como era...Por fin, el sol volvió a brillar, a ser el titular en todos los medios. 

El cansancio ya era más patente aún, pero las ganas de disfrutar de nuestra pasión, eran más grandes. Fue el día del primer helado del año (¡increíble!) y día de encuentros y reencuentros.

De las cofradías...Poco que decir. Precioso ese misterio que viene de la calzá para presentarse ante Sevilla. Impresionante el trabajo que han realizado las hermanas de San Esteban con el manto nuevo, en una cofradía, en la que yo aún sigo echando en falta sones de tricornios. 

Y para sones, los de Cigarreras, con esa impresionante banda sonora que le ponen al paso de la bofetá. Y es que, para disfrutar del sonido de las cornetas, no hay nada como esta banda...o más bien filarmónica, en la que he tenido la suerte de hacer grandes amigos que perduran con los años.

Así, a la vera de San Lorenzo terminaba mi última noche sevillana, con el más Dulce de los Nombres perdiéndose en la silueta de la noche.



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