martes, 14 de julio de 2009

Hay un universo de pequeñas cosas








A lo largo de nuestra vida, normalmente las cosas tienden a cambiar, algunas, para bien, otras no tanto. En cambio, hay algunas cosas que jamás cambian. Cómo nuestras pasiones. Y mi pasión, entre alguna otra, tiene nombre propio: Alejandro Sanz.

Aún recuerdo mi 12º cumpleaños, cuando mi tía me regaló una cinta de cassett con una portada de un chico guapo, llevando por título "Pisando Fuerte" . Todo porque días antes, había ido a acompañar a unas amigas de clase al hotel dónde se hospedaba ese tal Alejandro que estaba empezando en esto de la música, y que ese día, tocaba en Puertollano. Hasta entonces, yo no sabía ni que cantaba... Pero fue ponerme la cinta en mi walkman azul y no parar de escucharla una y otra vez en todo el verano, de ponersela a mi prima María, que con sólo 3 años lloraba desconsolada al escuchar Se le Apago la Luz, de saber que esa voz y esas canciones, me acompañarían ya el resto de mi vida... Me enamoré de esa voz, de esas melodías, de esas historias, de esas canciones. Me enamoré de ti, Alejandro.

Muchas son las historias que he vivido al son de tu música.Grandes recuerdos de esos conciertos: Daimiel, Tomelloso, Almagro, Cádiz, y hace sólo 2 años en mi ciudad. Largas horas de cola esperandote, ,mientras se escuchan pruebas de sonido, mientras los nervios me hacen ser otra vez la niña a la que le brillan los ojos con escucharte... Y es que el día que te escuche y no se me remueva un sólo sentimiento, sabré que habré dejado de tener sensibilidad... Y no creo que eso pase nunca.
Y es que... hay un universo de pequeñas cosas, que te hacen sentirte un poquito más feliz, cómo saborear los buenos momentos que nos brinda la vida acompañandólos de una buena canción y una buena compañía.

Grandes vivencias compartidas con mis amigas en cada uno de esos conciertos: Olga, Carol, Mayte, y por supuesto con mi prima María y con mi hermana. Merece la pena la espera por todo lo que ella concierne.

Hoy tengo nostalgia de ti, y escucho tus canciones esperando impaciente el otoño, dónde nos regalarás nuevas historias, nuevas melodías, dónde volveremos a soñar subidos a ese tren de los momentos que llega a nuestras estaciones.

Gracias Alejandro, por acompañarme durante toda mi vida, por haberme hecho enamorarme con tus canciones, por haberme hecho reír, llorar, y sobretodo, SENTIR.

Porque LA MÚSICA ES EL LENGUAJE UNIVERSAL

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