jueves, 18 de junio de 2009

De nuevo, te echaré de menos...





Otro verano que marchas fuera de tu casa. Lejos de la paz de San Pedro y de todos tus hijos, entre los cuáles destaca por el que lloras a sus pies cada día. De nuevo a esa capilla le faltará uno de sus dos pilares más importantes. De nuevo me faltará algo al buscar entre sus piedras y no verte allí, y sentiré la soledad de no tenerte...

Y El será quién más te eche en falta cada día al buscar cabizbajo tu mirada y no encontrarte a sus pies. Al dormir cada noche sin nadie que vele por Él. Al sentirte lejos, Madre. Pero sereno y paciente, cómo le caracteriza, esperará tu vuelta, ya casi oliendo a incienso y cera en el mes de Septiembre.

Pero esta vez será distinto. Porque volverás aún más guapa y resplandeciente. Tus ojos brillarán más que nunca de ilusión y tu boca sonreirá al llegar de tu tierra, la tierra de María Santísima, dónde te dieron vida. Esta vez te esperaremos con una sonrisa, más espectantes que nunca por verte...

Y dijo el Pregonero:

"Misericordia es ternura, sueños de juventud y quimera, valor de Madre Niña, sin palio ni gemir de cera"

Llena de gracia la Niña de la quietud,
va alzando soles, costales de pasión,
lágrimas sin cera, perlas de compasión,
Señora del Viernes Santo en plenitud.
Niña de San Pedro, juvenil inquietud,
No hay palio que guarde su hermosura
Ni cirios que igualen su bravura,
Misericordia: Madre de la juventud

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