viernes, 26 de junio de 2009

Habemus Doctora



Son tantas las palabras que quisiera decirte que no creo que hubiera entradas suficientes en este blog de sueños. Sueños: esbozos retenidos en la memoria de nuestros más anhelados deseos. Tú ya has cumplido el tuyo: ser médico. No sabes lo orgullosa que me siento de ti, yo y toda la familia, aunque personalmente, puedo decirte que lo he hecho cada día de mi vida. ¡Qué regalo más grande me dio Dios al tenerte como hermana! Para que luego haya quien piense que no existe...
Desde pequeña eras muy cabezota, de metersete algo en la cabeza y no parar hasta conseguir lo que querías. Por suerte, con tu sueño, has sido igual de cabezota, aunque a veces tu camino haya estado lleno de piedras y te lo hayan puesto difícil. Hoy, esa niña inquieta y rebelde que correteaba por las calles del barrio y que un día hizo realidad también la gran aventura de su vida, llamada Ruta Quetzal, hace realidad su más preciado sueño, aquel por el que empezó a luchar viendo series como Hospital Central, o leyendo libros de médicos. Aquel, que viendo la pobreza de otro continente, quiso luchar para aportar su granito de arena... Aquel sueño por el que vive cada día.
Gracias por ser mi hermana. Por ese brillo en tus ojos cuando algo te ilusiona y esa sonrisa por la que dan ganas de vivir. Gracias por haber estado y estar SIEMPRE a mi lado, ayudandome en cada parte de mi camino y compartiendo mi vagón de sueños. Gracias por compartir también mis sueños, como el de la semana santa, o amigos tan geniales como los que tenemos en común. Porque si alguien me pregunta a quien admiro, sin dudarlo un segundo contesto que A MI HERMANA, por hacer que todos nos sintamos hoy orgullosos, por tu lucha, porque en días díficiles estás ahí, llorando a mi lado por muchos km que haya por medio, por escucharme siempre y ayudarme...
Cómo dije al principio, no tendría palabras ni entradas suficientes en este blog, porque hay cosas, que no se pueden expresar con palabras...
TE QUIERO

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