domingo, 15 de abril de 2012

Dormía la Luz



  

La Luz dormía la víspera del tercer día en otros muros llenos de historia. Me encaminé a otro San Pedro, a solo unos pocos kilómetros del faro de mi tierra. La Paz inundaba el templo, imaginé que algo parecido debieron sentir aquellas mujeres al llorarle en el Sepulcro. El Consuelo prendía ahora de una cruz, en forma de cuerpo inerte, pero la Piedad seguía estando en brazos de la Madre, con la misma esencia que hace que mi corazón se estremezca cuando paso a verle a la capilla penitencial. 

Nunca le he visto sin vida, dormido a lo sumo, pues el alma nunca muere. El sueño dulce reposaba en un abrazo de Piedad. La Gloria casi se presentía entre el olor a lirio y clavel y el sabor de la pasión. Y yo, postrada a sus pies, buscando un Consuelo que ya no podía darme...


Le vi dormido en la cruz, en brazos de su Madre, y en un sepulcro donde descansaban sus llagas. Le vi, lleno de Amor, con un Consuelo que sabía a Piedad, con heridas de las que ya no brotaba sangre, si no Eterna Vida. Le vi, diría que incluso me miró aún con los ojos cerrados, pues hay miradas que nacen desde el corazón. Le vi, creciendo ofrendas a sus pies, con promesas que resurgen como una nueva primavera...


Y sentí su alma en aquel sepulcro que tan pequeño le quedaba. Estaba desnudo, pero vestido con ese traje de Gloria Eterna. Ya no había dolor, si no susurros de nanas junto a las estrellas. No había lanzas, ni sangre que brotara, ni espinas en su cabeza. No había clavos, ni burlas, ni sayones que flagelaran la Bondad verdadera. No había látigos, ni sentencias, ni dados que sortean. Dormía la Gloria, en un San Pedro de grandeza. Dormía para despertar entre los brazos de la belleza. Dormía en la víspera, negando toda tristeza. Dormía en el sepulcro, en el regazo, y en la madera...Para despertar al tercer día, llenándonos de  Consuelo, de Vida y de Piedad Eterna.


...Gracias David, gracias Alberto... Por enseñarme tanto, por vuestra Bondad y por ser LUZ .

No hay comentarios: